El dinero ahorrado es una herramienta clave para complementar la pensión.

El dinero ahorrado es una herramienta clave para complementar la pensión. Europa Press 2y273j

Sociedad

Javier Díaz-Giménez, economista, revela cuánto necesitas ahorrar para jubilarte en España: "Con 1.000 euros…" 465t18

En una España que envejece, asegurar el bienestar en la jubilación se ha convertido en un desafío que va mucho más allá de la pensión pública. 102c1q

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En España, hablar de pensiones es hablar de preocupación. A medida que la población envejece y los futuros jubilados se acercan a la última etapa de su vida laboral, crece también la inquietud sobre cómo afrontar esa transición sin sobresaltos financieros.

La sostenibilidad del sistema público de pensiones está cada vez más en entredicho, y eso ha puesto sobre la mesa la necesidad de contar con alternativas personales que refuercen la estabilidad económica durante la jubilación.

La idea de que bastará con la pensión pública ha ido perdiendo peso. Las cifras lo confirman: se estima que, para mantener un nivel de vida razonable tras dejar de trabajar, muchas personas necesitarán contar con ahorros propios que complementen lo que recibirán del Estado.

La necesidad de ahorrar 1u3j4c

Un estudio dirigido por el economista Javier Díaz-Giménez, desde la escuela de negocios IESE, ha arrojado algo de luz sobre esta cuestión.

Según sus cálculos, una persona que cuente con un ingreso extra de mil euros al mes en forma de pensión durante diez años necesitaría acumular unos 120.000 euros.

Esta cantidad actuaría como un suplemento al sistema público, permitiendo una jubilación más desahogada y menos dependiente de las posibles tensiones presupuestarias del Estado.

Y es que uno de los grandes desafíos a medio plazo es precisamente ese: el incremento del gasto público en pensiones. Un informe reciente de la IESE Business School revela que, para 2044, el coste de las pensiones públicas en España alcanzará los 225.000 millones de euros, lo que supone 107.000 millones más que en 2023.

Este incremento se debe a tres factores clave: el número de personas con 67 años será un 40,8% mayor que en 2024; los años que una persona percibirá una pensión aumentarán un 10,9%, pasando de 23,7 a 26,2 años; y la pensión media se incrementará un 39,6%.

Ante estas proyecciones, el estudio advierte que la única forma de afrontar esta presión financiera será mediante menores pagos de pensiones, mayores cotizaciones a la Seguridad Social o detrayendo fondos de otras partidas esenciales como la educación, la sanidad o la asistencia social.

Ante el panorama actual, crece la conciencia sobre la importancia de asumir un rol activo en la propia planificación financiera. La clave está en comenzar con antelación: los expertos advierten que no conviene esperar a los últimos años de vida laboral para empezar a ahorrar. Por el contrario, cuanto antes se empiece, mejor.

Un enfoque ampliamente recomendado sugiere destinar cada año un 20% del salario al ahorro para la jubilación. Este plan establece metas concretas según la etapa de la vida: contar con el equivalente a un salario anual ahorrado a los 30 años, triplicarlo a los 40 y multiplicarlo por cinco a los 50.

Sin embargo, el ahorro directo no es la única vía. En países como España, donde muchas personas poseen vivienda en propiedad, los activos inmobiliarios pueden desempeñar un papel relevante en la planificación.

Herramientas como la hipoteca inversa, la cesión de la nuda propiedad o el alquiler con rentas garantizadas permiten transformar ese patrimonio en una fuente adicional de ingresos. Eso sí, cada una de estas alternativas conlleva implicaciones jurídicas y financieras que deben ser cuidadosamente evaluadas.

En definitiva, la planificación de la jubilación no se limita a acumular dinero, sino a hacerlo con inteligencia. Diversificar es esencial: combinar productos financieros, aprovechar incentivos fiscales y considerar activos alternativos puede marcar la diferencia.