Chris Vélez lleva siete años durmiendo en la terminal.

Chris Vélez lleva siete años durmiendo en la terminal. Telemadrid 4s3g1

Sociedad

Un indigente de Barajas se mofa y confiesa cómo evita los controles de seguridad: "Desde ahí me voy andando" 5g36w

Desde hace dos semanas, el aeropuerto ha implementado una serie de medidas para intentar evitar la pernoctación de los sintechos en sus instalaciones. 3o1c47

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Mientras cada noche cientos de pasajeros abandonan el aeropuerto de Barajas tras bajar de sus respectivos aviones, una rutina muy diferente comienza en esos pasillos para muchas personas sin hogar.

Y es que la imagen de indigentes durmiendo en las terminales sobre cartones, mantas o entre mochilas, ya forma parte del paisaje habitual de la noche en este conocido aeropuerto europeo.

Pues, a pesar de los controles de nocturnos que se llevan implementando desde hace dos semanas entre las 21:00 y las 5:00 de la mañana, sus instalaciones siguen siendo un albergue improvisado para más de 400 indigentes.

Vigilantes de seguridad en un control en Barajas.

Vigilantes de seguridad en un control en Barajas. Diego Radamés / Europa Press

En un intento por limitar la presencia de sintechos en las terminales, durante esas horas, solo pueden entrar quienes presenten una tarjeta de embarque válida o acrediten que tienen un motivo para estar allí.

Sin embargo, estos controles parece que no han sido completamente efectivos. Muchas personas siguen encontrando la manera de entrar, incluso sabiendo que la vigilancia se ha endurecido.

Y aunque algunos se han desplazado "al parking" o incluso "al pueblo de Barajas", según cuentan quienes conocen bien el entorno, otros siguen accediendo como si nada.

Uno de ellos es Chris Vélez, un hombre sin hogar que lleva siete años durmiendo en las instalaciones del Adolfo Suárez. Con completa naturalidad, explica cómo evita los controles y se las ingenia para seguir entrando cada noche.

Control a las puertas del parking de la terminal 4 de Barajas.

Control a las puertas del parking de la terminal 4 de Barajas. Daniel González/EFE

Sabe perfectamente cómo funciona el sistema y aprovecha los huecos que aún existen. "Yo lo que he hecho ha sido ir por el metro y bajarme a Barajas pueblo y de Barajas pueblo irme andando", confiesa en Telemadrid con una gran carcajada.

"Sé que a partir de las nueve ya no se puede entrar", dice, por lo que ajusta sus horarios para llegar antes.

"Llegué aquí, he visto la hora, y eran las ocho y media...", comenta la jugada de esa noche riéndose, dejando claro que conoce bien los límites y los aprovecha.

Sin embargo, la situación de Chris no es única. Como él, son muchas las personas que siguen utilizando Barajas como refugio nocturno, burlando las medidas que las autoridades intentan implementar.

Y es que la realidad es que el problema va más allá de los controles o la seguridad del aeropuerto. Es un reflejo de una situación social que viene de lejos y que aún sigue sin resolverse.