
La clave en la remontada de Alcaraz: Sinner tuvo tres bolas para ganar y no había perdido un set, pero le falló la cabeza 436rr
El número uno sumaba 22 parciales consecutivos sin derrota y tuvo su primer Roland Garros en la mano, pero el vendaval de Alcaraz destrozó su característica fortaleza mental. 9526s
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La final más larga de la historia de Roland Garros también fue la más épica. Las cinco horas y veintinueve minutos de partido entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner ya son, por derecho propio, historia del tenis. 4m1w70
El murciano nunca había remontado un partido después de perder los dos primeros sets. Sinner partía como favorito y el partido parecía confirmar esa condición, pero el arreón final de Alcaraz desafió toda lógica.
En la historia de los Grand Slams, solo Gastón Gaudio en Roland Garros 2004 y Novak Djokovic en Wimbledon 2019 lograron remontar una final después de tener bolas de partido en contra. Alcaraz salvó tres para unirse a esa lista.

Marcador del partido en el instante en que Sinner tuvo tres bolas de torneo. Reuters
Sinner llegaba a la final sin haber cedido un solo set en todo el torneo y habiendo ganado los últimos 20 partidos de Grand Slam de manera consecutiva. Alcaraz había cedido parciales en cuatro de sus seis partidos.
El italiano hizo gala de su sobriedad y consistencia para resistir las múltiples bolas de break que Alcaraz acumuló en el primer set y se llevó las dos primeras mangas sin despeinarse.
Sumaba 22 sets de 22 en esta edición de Roland Garros y parecía poner la directa hacia su primer título en París de manera inmaculada.

Alcaraz levanta el título de Roland Garros tras remontar ante Sinner. Reuters
Alcaraz, mediterráneo, mostraba su frustración ante cada fallo y su alegría tras los aciertos. Se dirigía a la grada, blasfemaba, se tocaba la oreja y alternaba puntazos con errores humanos.
Enfrente, Sinner parecía un robot programado para soltar raquetazos potentes y precisos. No ofrecía una mueca y su tenis ofrecía una regularidad asombrosa.
El viento soplaba a favor del número uno, que tenía su tercer Grand Slam consecutivo a un set de distancia. Pero la mente, su punto fuerte, acabó fallando.
La tercera manga se complicó para Sinner y, aunque opuso resistencia, Alcaraz se lo llevó y puso fin a su prodigiosa racha.
Pasar de ganar 22 sets consecutivos, sin fallo, a perder tres seguidos, es una muestra de la titánica gesta de Alcaraz y del desplome de un Sinner que, esta vez sí, demostró ser humano.
A pesar del bache, Sinner volvió por sus fueros en el cuarto set y gozó de hasta tres bolas de partido con 5-3 a favor.

Sinner devuelve un golpe muy forzado en el segundo set de la final de Roland Garros. Reuters
Sólo el argentino Gastón Gaudio en la final de Roland Garros 2004 ante su compatriota Coria y Novak Djokovic en la histórica final de Wimbledon ante Federer en 2019 lograron levantar un Grand Slam después de salvar match points.
Alcaraz reaccionó con cinco puntos consecutivos que cambiaron el signo del partido para siempre. La habitual fortaleza mental de Sinner y la inconsistencia de Alcaraz se intercambiaron los papeles.
La situación también recordó a la final del Open de Australia entre Rafa Nadal y Medvedev en 2022.
El ruso ganó los dos primeros sets con claridad y tenía cuatro bolas de break ante Nadal con 3-2 a favor. Nadal remontó el punto y cambió el partido para llevárselo a cinco sets.
Tanto en el Masters de Roma como en todas las rondas del torneo, Alcaraz ha ido mostrando una mayor madurez para gestionar los momentos complicados.
Sinner ha ido de paseo en paseo y Alcaraz se ha complicado la vida en casi todos los partidos. Eso hacía favorito al italiano en los pronósticos, pero a la larga, el callo de Alcaraz ante la adversidad fue determinante.
Llegaba el momento de la verdad y Sinner debía demostrar si realmente era humano. Su gesto no cambió en todo el partido, pero se le veía errático. En shock.
Alcaraz aprovechó el viento a favor y se llevó el set en el tie break para empatar el partido y, en el definitivo, obró el milagro con suspense.
Aunque se le veía cansado, Sinner reaccionó y mandó el partido al super tie break.

Alcaraz pide apoyo a la grada en la final de Roland Garros. Reuters
Parecía, de hecho, que se le podía escapar a pesar del esfuerzo. Pero en el momento decisivo, el que se puso en modo robot fue el español, que arrasó 10-2 al italiano en el desempate.
Tras 5 horas y 29 minutos de exhibición por parte de ambos, Sinner demostró sus sentimientos. Se puso a llorar y itió su frustración por haberse dejado escapar el título.
El reloj superaba con creces las 4 horas y 42 minutos de la final de 1982 entre Mats Wilander y Guillermo Vilas. Una final eterna y para la eternidad.
Cinco grandes 3m4754
Con su victoria, el murciano adelanta al de San Candido en número de títulos (20-19), amplía su dominio en el cara a cara (8-4 con 3-1 en finales) y suma cinco victorias consecutivas contra él.
Pero, sobre todo, la gesta le permite prolongar su pleno de finales de Grand Slam sin conocer la derrota: cinco de cinco.
Más allá de Federer, Djokovic y Nadal, ningún otro tenista en este siglo ha ganado cinco Grand Slams. Los humanos como Andy Murray y Wawrinka se quedaron en tres.
También le sirve para superar a Manolo Santana (cuatro) y convertirse en el segundo tenista español más laureado en la era Open solo por detrás de Nadal.
Precisamente un 8 de junio, hace 17 años, Rafa Nadal levantó su quinto Grand Slam en Wimbledon a la misma edad que Alcaraz.
Antes del comienzo de Roland Garros, en la primera edición sin su gran dominador, la organización rindió un homenaje a Rafa Nadal colocando una placa con su huella inmortalizada en la Philippe-Chatrier.
En cada partido, Alcaraz se ha acercado a hacerle fotos o verla de cerca, fascinado por el peso histórico del símbolo. Con su remontada, la huella de Alcaraz también pasa a ser historia del torneo.
Las lágrimas de Sinner, además, prometen revancha. La final duró más de cinco horas, pero eso es muy poco tiempo. Ha nacido una rivalidad que apunta a eterna.