Pablo Ródenas, abogado: "Este método legal evita que tus herederos renuncien a la herencia por no poder pagarla" 2g670

Las herencias y su trámite en España suelen ser un proceso complicado de llevar a cabo, que no solo implica el dolor por la pérdida, sino también un proceso legal lleno de trámites y cargas fiscales. Y es que, a su trámite se suma el temido Impuesto de Sucesiones, un gravamen que obliga a los herederos a tributar por el patrimonio recibido, igual que ocurre con las donaciones en vida.

Sin embargo, el abogado Pablo Ródenas ha desvelado un método poco conocido que puede evitar renuncias dolorosas. "Hay un truco legal que nadie conoce y que se llama la cláusula de libre disposición. Es como ponerle un escudo fiscal a tu testamento", explica el experto.

Esta herramienta, apenas conocida, podría marcar la diferencia para muchos españoles que temen que sus herederos no puedan afrontar los gastos derivados de aceptar su legado.

El problema es frecuente: muchos herederos se ven obligados a rechazar una herencia porque no disponen de liquidez suficiente para pagar los impuestos asociados. "Permite que tus herederos usen su parte para pagar los impuestos sin tener que hipotecarse o renunciar a la herencia por no tener dinero", asegura Ródenas.

En la práctica, se trata de incluir una línea concreta en el testamento que concede al heredero una porción del patrimonio de libre disposición. De este modo, el beneficiario puede vender activos heredados para pagar el Impuesto de Sucesiones, sin necesidad de recurrir a financiación externa ni asumir deudas adicionales.

[Ricardo Gulias, experto en hipotecas: "Si quieres comprar un piso de 200.000 euros, el dinero que necesitas es..."]

"Una línea en un papel que puede evitar que Hacienda se quede con la mitad del trabajo de toda tu vida", advierte el abogado. La falta de esta cláusula puede convertir un patrimonio valioso en una carga inasumible.

Por último, Ródenas lanza un consejo claro: "Si no tienes testamento, ya estás tardando ". Elaborar un testamento adecuado no solo evita problemas legales a los herederos, sino que también garantiza que los bienes pasen a manos de los elegidos con las menores penalizaciones posibles.

Impuestos y gastos de los herederos 1n3w6u

Recibir una herencia en España no está exento de costes. El principal tributo es el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, cuya cuantía depende tanto del valor de los bienes heredados como de las bonificaciones aplicadas en cada comunidad autónoma. Mientras algunas regiones ofrecen reducciones significativas, en otras la carga fiscal puede ser considerable.

Cuando la herencia incluye inmuebles, también entra en juego la llamada plusvalía municipal. Este impuesto, gestionado por los ayuntamientos, grava el incremento de valor del suelo desde la última transmisión. Su importe varía según el municipio y el período de tenencia del bien.

[Jaime Gil, inversor inmobiliario: "Si tuviera 100.000 € jamás cancelaría la hipoteca, generaría más dinero haciendo esto"]

A estos tributos se suman otros gastos istrativos: honorarios notariales para formalizar la aceptación de herencia, inscripción en el Registro de la Propiedad y, si no existe testamento, el coste adicional de tramitar un acta de declaración de herederos ante notario.

En muchos casos, también es habitual recurrir a abogados o gestorías para agilizar los procedimientos, lo que incrementa los costes finales. Contar con la cláusula de libre disposición en el testamento puede ser clave para facilitar este proceso.

Esta cláusula otorga a los herederos la posibilidad de utilizar libremente una parte de los bienes heredados para afrontar las cargas fiscales y istrativas. Así se evitan endeudamientos innecesarios o la renuncia a bienes valiosos por falta de liquidez.

Dado que cada situación patrimonial es distinta y las normativas fiscales pueden variar en cada comunidad, es fundamental contar con el asesoramiento de un abogado especializado en herencias. Un buen asesor garantiza que el testamento se redacte adecuadamente y que los herederos puedan disfrutar del legado sin sobresaltos ni cargas imprevistas.