Donald Trump, ayer, durante la cena del Comité Nacional Republicano.

Donald Trump, ayer, durante la cena del Comité Nacional Republicano. Nathan Howard Reuters 3e48s

EEUU

Alto el fuego de Trump excepto para China: congela tres meses los aranceles a la UE y a los países dispuestos a negociar 4g3m3g

El último bandazo de Trump dispara los mercados, confunde a sus socios y preocupa a los demócratas, que ven en los juegos del presidente de EEUU una estrategia de manipulación de mercados. 4f5z59

Más información: China mantiene el pulso y le sube los aranceles al 84% a EEUU tras la escalada de Trump en la guerra comercial 1m270

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Ni doce horas duraron los aranceles que tenían en vilo al mundo entero. Si a la medianoche del miércoles el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, activaba las barreras al comercio global más altas desde hace un siglo, poco después de la una de la tarde de ese mismo día las suspendía a golpe de click. "Pensé que la gente se estaba saliendo un poco de la raya. Se estaban poniendo nerviosos, un poco alterados", diría horas después al explicar su repentino cambio de opinión. Para entonces, el S&P 500, el índice bursátil más representativo de la economía estadounidense, subía el 9,5%, su mejor día desde 2008.

La jornada del miércoles será recordaba como una de las más frenéticas e imprevisibles en la historia del comercio mundial, la diplomacia y los mercados financieros.

"Ningún otro presidente habría hecho lo que acabo de hacer", celebró Trump en una intervención improvisada en la Casa Blanca después de anunciar mediante un escueto mensaje en su red social Truth que había autorizado "una PAUSA de 90 días" en la que el resto de países enfrentarán "un arancel recíproco sustancialmente reducido".

Como resultado, se mantiene una tarifa general del 10% hacia las importaciones de casi todos los socios comerciales de Estados Unidos. Un arancel general que ya entró en vigor la semana pasada. También continúan los del 25% a la industria automovilística, el acero y aluminio, según explicaron posteriormente los funcionarios de la Casa Blanca, acostumbrados a aclarar las imprecisas y grandilocuentes declaraciones del mandatario.

En cambio, ni los prometidos gravámenes del 20% a la Unión Europea, del 24% a Japón o el 17% a Israel entrarán en vigor en los próximos 90 días, es decir, hasta el 9 de julio. Mientras que se continuarán los aranceles del 25% a Canadá y México si incumplen los acuerdos relacionados con las políticas contra el fentanilo.

También se mantendrán los impuestos a China y por todo lo alto: en su último arrebato, Trump elevó sus aranceles contra el gigante asiático a un astronómico 125%, después de que Pekín los subiera los suyos hacia las importaciones estadounidenses al 84%.

"China es de lejos el mayor abusador de la historia", explicó Trump sobre su decisión de escalar una vertiginosa guerra comercial entre las dos superpotencias mundiales.

"No tomen represalias" 4a1721

Al mismo tiempo, la cuenta oficial de la Casa Blanca tuiteaba en mayúsculas un lema amenazante: "NO TOMEN REPRESALIAS Y SERÁN RECOMPENSADOS".

El mandatario se congratuló también al afirmar que "más de 75 países" han ado a la Casa Blanca para negociar su trato comercial con Estados Unidos después de que anunciara una drástica subida de tarifas mundial la semana pasada.

"Todos quieren encontrar un acuerdo. Alguien tenía que hacer lo que hicimos. Autoricé la pausa de 90 días para aquellos que no contraatacaron, porque les dije 'si contraatacáis los doblaremos' como hice con China", justificó, antes de prometer que "todo va funcionar bien" y que para "final de año o antes" Estados Unidos logrará algo que "no parecía posible".

Además de la constatación de que Trump utiliza las presiones arancelarias para negociar, como ya hizo con Colombia, México y Canadá (estos dos últimos países, por cierto, no enfrentan la tarifa adicional del 10%), la prensa económica estadounidense señala que las alarmas comenzaron a sonar en el círculo de asesores del presidente al constatar que no solo se estaban esfumando billones de dólares en las bolsas, sino que también se estaban empezando a vender bonos del estado, activos considerados seguros en tiempos difíciles.

¿Estrategia premeditada? 1e5524

Aun así, el secretario del Departamento del Tesoro, Scott Bessent, negó que el bandazo haya sido propiciado por la reacción de los mercados y volvió a insistir en la estrategia premeditada de la negociación: "Se han puesto en o con nosotros más de 75 países [para rebajar las sanciones], e imagino que después de hoy serán más".

"Esta fue su estrategia todo el tiempo", volvió a insistir Bessent, ignorando por completo si la recogida de cable de Trump será interpretado por los interlocutores como un síntoma de debilidad o flexibilidad.

Es decir, crear una crisis, rectificar antes de que estalle y vender esa reacción como The Art of the Deal. El guion del trumpismo. "Claramente no habéis visto lo que el presidente Trump está haciendo aquí", abroncaría después a los periodistas la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.

¿Manipulación de mercados? 4k11n

Sin embargo, hay un detalle que ha provocado que algunos representantes de la oposición vean en el juego de Trump una estrategia clara pero no de negociación, más bien de manipulación de mercados, según su parecer.

Durante la mañana, en plena caída de los índices y con las tarifas en vigor, Trump publicó un mensaje "¡Mantengan la calma!", continuado de otra publicación que decía "¡ESTE ES UN GRAN MOMENTO PARA COMPRAR!".

Esa cadena de comandos llevó a algunos demócratas a sugerir que Trump estaba manipulando intencionalmente los mercados de valores durante una audiencia en la Cámara de Representantes con Jamieson Greer, recientemente nominado como nuevo representante comercial de EEUU.

"No es manipulación del mercado. Estamos tratando de resetear el sistema de comercio global", respondió Greer, tras afirmar que había tenido reuniones con Europa, que justo ayer aprobó una primera subida de aranceles del 25% contra ciertas importaciones estadounidenses, Corea del Sur, Ecuador y México.

A pesar de su insistencia en reclamar por todos los medios una negociación, Trump no ha logrado que su homólogo chino descuelgue el teléfono para dar lugar a la conversación más buscada por los norteamericanos.

China no da tregua 5v2x4b

"Xi Jinping es un hombre orgulloso, lo conozco bien. No saben cómo reaccionar. Ya se harán una idea, están en proceso. Sé que ellos quieren un acuerdo", repitió Trump, lanzando la pelota desde Washington a Pekín.

Pese a todo, las tarifas entre ambas superpotencias han subido de manera exponencial en cuestión de días. EEUU impone aranceles a China del 125% y el gigante asiático a la potencia estadounidense del 85%.

La subida ha seguido una dinámica de "y yo más" entre ambos líderes: primero Trump firmó en febrero aranceles adicionales del 10%, luego China respondió en marzo con tarifas del 15% hacia ciertos productos estadounidenses. EEUU subió entonces sus aranceles al 20% y más tarde, en abril, al 54%, tras lo que China impuso una cuota contraria del 34%. Trump respondió a esa represalia con una amenaza de aranceles del 104% si Jinping no se sentaba a negociar, a lo que el líder chino elevó su presión arancelaria contra Washington al 84% este , cuando Trump subió su apuesta al 125%.

"Es poco probable que China cambie su estrategia: mantenerse firme, absorber la presión y dejar que Trump se exceda. Pekín cree que Trump ve las concesiones como una debilidad, por lo que ceder sólo invita a más presión", analiza al respecto en una conversación con EL ESPAÑOL Danny Russel, exasistente del secretario general de la Oficina de Asuntos de Asia Oriental y el Pacífico del Departamento de Estado (durante la istración Obama).

Por su parte, Águeda Parra, analista geopolítica de China en ChinaGeoTech recuerda: "Ya durante la primera istración Trump hubo numerosas contraofensivas de aranceles hasta que finalmente ambas partes concretaron una Fase I para abordar ámbitos en los que colaborar reduciéndolos. Ese enfoque no terminó llevándose a la práctica en su momento y, ahora que el escenario geopolítico es mucho más intenso y la rivalidad se ha acentuado, no parece que el enfoque de una reedición de aranceles fuera a tener un resultado positivo en la relación entre Estados Unidos y China según se ha planteado en esta ocasión".

Una reflexión que Bessent, secretario del Tesoro, parece respaldar al afirmar en su reciente intervención que el pulso no es una "guerra comercial", pero afirma que "China ha escalado y el presidente respondió muy valientemente a eso, y vamos a trabajar en una solución con nuestros socios comerciales".