Empleados trabajan para producir árboles de Navidad artificiales en una fábrica en Shaoxing, provincia de Zhejiang, China, 9 de abril de 2025.

Empleados trabajan para producir árboles de Navidad artificiales en una fábrica en Shaoxing, provincia de Zhejiang, China, 9 de abril de 2025. Go Nakamura Reuters 211t2x

América

¿Ha matado Trump la Navidad? Los fabricantes chinos de decoraciones ya no reciben encargos de Estados Unidos 5u483u

Los productores de árboles navideños chinos sufren los efectos de la guerra arancelaria: "Mis colegas y yo dependemos de los pedidos de EEUU para sobrevivir". 2g2y3w

Más información: China mantiene el pulso y le sube los aranceles al 84% a EEUU tras la escalada de Trump en la guerra comercial 2e4z63

Á. E. R Reuters
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La guerra arancelaria puede cobrarse víctimas inesperadas. Los productores chinos de árboles de Navidad de plástico y otras decoraciones festivas reconocen con cierta preocupación que los pedidos de los clientes estadounidenses, esenciales para mantener en pie el negocio, deberían haber comenzado a llegar por estas fechas. Pero no lo han hecho. ¿El motivo? La guerra arancelaria que Donald Trump declaró a China y al resto del mundo desde la Rosaleda de la Casa Blanca.

China es, de momento, uno de los principales damnificados. El presidente de Estados Unidos elevó ayer las tasas sobre las importaciones del gigante asiático hasta el 104%. Pekín, lejos de intentar apaciguar a Trump, plantó cara a las “intimidaciones” del mandatario republicano aumentando sus aranceles a Estados Unidos del 34% al 84%.

La guerra comercial amenaza con causar grandes perjuicios para el mayor exportador mundial de bienes manufacturados. Los minoristas estadounidenses dependen casi por completo de China para las decoraciones de Navidad, de donde obtienen el 87% de estos productos, que cuestan aproximadamente 4.000 millones de dólares. Las fábricas chinas también dependen en gran medida del mercado estadounidense, donde venden la mitad de lo que producen.

Si los estadounidenses quieren nuevas decoraciones navideñas este año, tendrán que pagar mucho más, si acaso logran encontrarlas en los estantes, claro.

“Hasta ahora este año, ninguno de mis clientes estadounidenses ha realizado pedidos”, confiesa a la agencia Reuters Qun Ying, que dirige una fábrica de árboles de Navidad artificiales en la ciudad oriental de Jinhua. “Por supuesto, esto tiene que ver con los aranceles. Para mediados de abril, normalmente todos los pedidos están finalizados, pero ahora... es difícil saber si llegarán pedidos. Tal vez los clientes estadounidenses no compren nada este año”.

En Shaoxing, a unos 160 kilómetros de Jinhua, el dueño de la fábrica Liu Song confiaba en que su negocio podría sobrevivir intentando vender más a Rusia, Europa y el sudeste asiático, que ya compran el 75% de sus productos. “Estamos preocupados de que los pedidos de Estados Unidos disminuyan”, dice, y añade: “Definitivamente ganaremos esta guerra comercial”.

Jessica Guo, que también gestiona una fábrica de árboles de Navidad en Jinhua, comenta que, hace poco, fue notificada por un importante cliente estadounidense de que está pausando un pedido de 3 millones de yuanes (408,191 dólares) para el cual ya había gastado 400.000 yuanes en materiales. Ella espera que ese pedido sea cancelado pronto y se preocupa por su negocio.

“Mis colegas y yo dependemos de los pedidos de Estados Unidos para sobrevivir”, dice Guo. “Esto inevitablemente afectará a mucha gente. Nadie puede escapar”.

Los economistas advierten que la guerra comercial reducirá el crecimiento económico chino en 1 o 2 puntos porcentuales este año, agravará los problemas de sobrecapacidad industrial, amenazará empleos y fomentará aún más las fuerzas deflacionarias.

A medida que los exportadores chinos vendan menos a Estados Unidos, que el año pasado compró productos por más de 400.000 millones de dólares, tendrán que competir de manera más intensa en precios en otros mercados. Esto afectará sus ya delgados márgenes de ganancia y los obligará a recortar costos en el país, vaticinan los expertos.

La fábrica de Guo, de 10.800 metros cuadrados, emplea regularmente a 140 personas, pero esa cifra puede llegar a 200 en la temporada pico de producción durante el verano. Este año, no espera necesitar trabajadores adicionales. “Perder el mercado de Estados Unidos definitivamente impactará los empleos de mucha gente”, dice Guo. La demanda interna de decoraciones navideñas en China es insignificante, añadió.

Suministrar productos desde países fuera de China será difícil. El segundo mayor exportador de decoraciones de Navidad a Estados Unidos es Camboya, que produce el 5,5% de los productos, y la semana pasada Trump les impuso un arancel del 49% a todas sus importaciones.

Trasladar la producción a Estados Unidos, uno de los objetivos que tiene la istración Trump con esta agenda de aranceles, no es factible, sostiene Jami Warner, directora ejecutiva de la Asociación Americana de Árboles de Navidad. “Definitivamente no se pueden hacer en Estados Unidos. No hay manufactura, la tecnología no está aquí, el mercado laboral no está aquí”, dice Warner.

Warner, que espera aumentos significativos, pero difíciles de estimar, en los precios, afirma que el 80% de todos los árboles de Navidad exhibidos en Estados Unidos son artificiales. Los árboles preiluminados, que son la mayoría, solo se fabrican en China. Ella lamenta que su industria se haya convertido en daño colateral en una lucha geopolítica. “Lo que nuestros producen y venden no son productos estratégicos”, dice. “No estamos amenazando. Somos un negocio feliz, alegre. Nos gustaría seguir en ese negocio alegre”.