Miguel Assal, experto en primeros auxilios: Esta pastilla que antes tenías en casa y ahora no te puede salvar del infarto

Miguel Assal, experto en primeros auxilios: "Esta pastilla que antes tenías en casa y ahora no te puede salvar del infarto" 4827

Salud

Miguel Assal, experto en emergencias: "Si orinas con exceso de espuma, algo pasa en tus riñones" 2z2s2n

La aparición de los cálculos renales puede desencadenar un cuadro clínico de cólico nefrítico, uno de los dolores más intensos que se pueden soportar. 3z6z

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La formación de cálculos renales, una patología muchas veces subestimada por el paciente y frecuentemente pasada por alto en su fase inicial, está ganando protagonismo en la salud pública de las sociedades industrializadas. Miguel Assal, experto en emergencias, lo resume de forma tan gráfica como contundente: "Algo pasa en tus riñones. Orinas con exceso de espuma. Lo haces de forma recurrente y no consigues vaciar. Notas color rojo en la orina, hay sangre o quizás sea orina muy turbia y mal olor".

Estas señales, a menudo percibidas como molestias menores, representan en realidad el aviso de que los riñones están bajo asedio por cristales de oxalato de calcio, ácido úrico u otros compuestos. Estudios recientes, como el publicado en Urologic Clinics of North America, señalan que hasta un 12% de la población desarrollará cálculos renales en algún momento de su vida, un dato que alerta sobre la magnitud silenciosa de este problema.

Assal no escatima en dramatismo al describir lo que ocurre cuando estos cristales migran. "Y para colmo sientes un dolor agudo en el costado, espalda que se irradia al abdomen inguinal. Pues es posible que tengas esto atascado en tu uréter", enfatiza.

En efecto, cuando un cálculo renal se queda atrapado en el uréter —ese conducto estrecho que une el riñón con la vejiga— se desencadena un cuadro clínico de cólico nefrítico que, según la literatura científica, figura entre los dolores más intensos que puede soportar el cuerpo humano.

De hecho, una investigación destaca que la obstrucción causa una dilatación retrógrada de la vía urinaria y un aumento de la presión intrarrenal, lo que activa receptores de dolor que proyectan señales hacia la zona lumbar, irradiándose en ocasiones hasta la ingle.

Cómo aparecen los cálculos renales 434f1d

La aparición de cálculos renales no es un fenómeno aislado, sino el resultado de complejas interacciones entre genética, dieta y estilo de vida. "Es una piedra, un cálculo renal y cuando se queda ahí trabado, el dolor es insoportable", remarca Assal, poniendo de relieve un proceso de cristalización progresiva.

Algunas investigaciones, como la publicada en The Lancet, confirman que estos cristales suelen formarse cuando la orina está sobresaturada de sales minerales y no hay suficientes inhibidores de cristalización, como la citrato urinario. El estrés oxidativo y la inflamación de la mucosa renal también contribuyen, generando un microambiente perfecto para que las sales precipiten y se acumulen en forma de cálculos.

Lo preocupante es que la prevalencia de cálculos renales se ha duplicado en las últimas décadas, impulsada por un cóctel de malos hábitos alimentarios y falta de hidratación. La revisión de American Journal of Kidney Diseases lo atribuye en parte al incremento del consumo de alimentos ricos en sodio y proteínas animales, que aumentan la excreción de calcio urinario, uno de los principales componentes de estos cálculos.

"Cuida lo que bebes, es lo que comes, en definitiva son tus riñones", aconseja Assal, consciente de que el agua es la primera línea de defensa: su consumo diluye la orina y reduce la saturación de estos minerales peligrosos.

El vínculo entre la ingesta de líquidos y la prevención de litiasis renal está sólidamente respaldado por la literatura científica. Un influyente artículo del Clinical Journal of the American Society of Nephrology, demostraron que una ingesta diaria de al menos 2 litros de agua disminuye en un 50% el riesgo de recurrencia de cálculos en pacientes con antecedentes previos.

No obstante, la advertencia de Miguel Assal sigue siendo vigente: "Beber no significa cualquier líquido. Los refrescos azucarados y las bebidas energéticas, por ejemplo, contienen compuestos que pueden favorecer la formación de cálculos, como el ácido fosfórico o grandes cantidades de azúcar, que alteran el equilibrio ácido-base de la orina".

Pero la dieta no es el único frente de batalla. Según la Asociación Europea de Urología, los factores metabólicos como la obesidad, la diabetes tipo 2 y la hipertensión arterial incrementan la excreción de calcio, oxalato y ácido úrico, componentes principales de muchos tipos de cálculos. Además, el dolor asociado al paso de un cálculo por la uretra es, para muchos pacientes, un punto de inflexión.

"Si logra llegar a la vejiga, notarás alivio, pero prepárate al pasar por la uretra", avisa Miguel Assal, describiendo con precisión la sensación final de la expulsión espontánea del cálculo. Aunque la mayoría de los cálculos menores de 5 mm se eliminan sin intervención médica, no siempre es el caso.

Documentos como las Guías de la Asociación Europea de Urología, destacan que los cálculos de mayor tamaño o los que causan obstrucción prolongada requieren intervenciones como la litotricia extracorpórea por ondas de choque o la ureteroscopia, técnicas que logran tasas de éxito superiores al 85% pero no exentas de complicaciones.

La recurrencia es otro aspecto que preocupa a los expertos. Hasta el 50% de los pacientes que han tenido un cálculo renal volverán a padecerlo en un plazo de cinco años, según un metaanálisis. Este dato explica por qué la educación nutricional y los cambios de estilo de vida son tan relevantes en el seguimiento a largo plazo. "Revisa tu dieta, revisa tu hidratación. No esperes a que el dolor te obligue", insiste Assal, subrayando que la prevención no termina en el primer episodio.

El diagnóstico temprano y la vigilancia activa son herramientas cruciales para evitar complicaciones como infecciones urinarias recurrentes o daño renal irreversible. Ya que la obstrucción persistente causada por un cálculo puede desencadenar una lesión tubular aguda e incluso pérdida de función renal si no se trata adecuadamente. Aquí, la labor del personal de emergencias como Miguel Assal es clave para discernir cuándo se puede manejar un cálculo de forma conservadora y cuándo es imperativo actuar de inmediato.