
Así es el síndrome de la chica con suerte. Pexels y322r
'Síndrome de la chica con suerte' o cómo conseguir que te pase aquello que deseas con solo pensarlo 4228d
Este término acuñado en las redes sociales es un fenómeno que acumula millones de creyentes pero, ¿existe realmente? 391m1w
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"Lo veo, me gusta, lo quiero, lo tengo", canta Ariana Grande en su canción 7 rings. Esta afirmación categórica y con cierto tono de capricho es el himno de todas aquellas que declaran 'padecer' el síndrome de la chica con suerte (LGS, por su nombre en inglés, 'Lucky Girl Syndrome').
Lejos de ser una afección grave es, cuanto menos, lo que cualquiera querría vivir y se basa en una teoría de Neville Goddard: la Ley de la Atracción.
Creadoras de contenido de la plataforma TikTok han generado todo un movimiento alrededor de esta declaración de intenciones que data de los inicios del siglo XX y que basa su credibilidad en que nuestros pensamientos son los creadores de nuestra realidad.
La idea de ser "la chica con suerte" puede parecer un sueño hecho realidad: éxito laboral, amor correspondido, oportunidades y una vida aparentemente perfecta, pero ¿es verdaderamente así?
A simple vista, la práctica podría parecer inofensiva e incluso una postura positiva, pero también puede llevar a camuflar insatisfacción, vacío y provocar desconexión con una misma.
Qué es el 'Lucky Girl Syndrome' w1q37
El síndrome de la chica con suerte no es un diagnóstico clínico oficial, sino un término acuñado en conversaciones, redes sociales y estudios acerca de la presión social que enfrentan mujeres jóvenes.
Es una tendencia que afirma que, si crees que eres afortunada, el universo te devuelve esa energía en forma de éxito laboral y oportunidades.
Las prescriptoras de esta creencia recalcan que no es una cuestión de magia, sino de la fuerza de los pensamientos positivos, la práctica de la manifestación y confianza en una misma.
"Se trata de cambiar la historia que te cuentas en tu cabeza porque tus pensamientos crean tu realidad", explicaba Payton Sartain a sus casi 120 mil seguidores en TikTok.
Con ello, invitaba a convertir los pensamientos en acciones. Y ahí se encuentra el punto diferenciador y realista del 'síndrome'.
@paytonsartain just delusional enough to work ✨ EP75, all about lucky girl syndrome, of Note to Self by Payton Sartain is available wherever you get you get your podcasts. #luckygirlsyndrome #newyearnewme #lawofassumption ♬ original sound - Payton Sartain
La influencer explica que, creyéndose esa gran persona afortunada, trabaja cada día en las oportunidades que la vida le podría llegar a brindar.
De esta forma, su energía se eleva a un grado de positividad que le permite enfocar su mente en las cosas buenas que le pasan y crear, así, esa realidad mental que constantemente se repite.
Si bien esta práctica podría parecer inofensiva e incluso altamente recomendable, en una actualidad donde las redes sociales solo parecen ser escaparate de las privilegiadas vidas de otros donde los problemas diarios (reales e inevitables) no existen, trabajar en 'provocar' ese síndrome de la chica con suerte podría acarrear algunos desbalances emocionales y mentales a largo plazo.
Pros (y contras) del 'LGS' 1q1f67
Trabajar la mente para asentar una visión más optimista ante la vida nos ayuda a confiar en que las cosas saldrán bien, aportándonos motivación para perseguir las metas personales y los sueños sin tener tan presente el fracaso. Pensar así "genera tranquilidad emocional y optimismo", según la psicóloga clínica Pilar Conde Almalé.
Este trabajo proactivo no solo "atrae" la suerte, sino que crea oportunidades personales y laborales que suman en el camino hacia las metas fijadas y potencia la resiliencia: cuando un hito no se cumple, la experiencia de ver que otros sí han sucedido ayuda a recuperarnos más fácil y a ver los obstáculos como algo pasajero.
Pero no todo es positivo. En palabras de la experta, "cuando se utiliza para justificarlo en una persona proactiva, reactiva y que se ocupa de sí misma, estaría quitándose mérito"; lo que podría ser indicativo de falta de autoestima y seguridad en nuestras virtudes.
Debemos ser conscientes de que la suerte es parte del azar y del libre albedrío, confiarle de manera ciega que todo lo que queremos lograr se hará posible es sinónimo de una falta de responsabilidad sobre las acciones que llevamos a cabo.
Esta separación y pérdida de compromiso con lo que hacemos puede acarrear frustración (al ver que no llega aquello que deseamos), falta de preparación ante las fortuitas oportunidades que puedan presentarse (ya que creeremos que todo se nos dará fácil) y una sensación de superficialidad que crea distancia con la realidad cotidiana, el esfuerzo y los problemas.
"Utilizar la suerte de manera temporal puede ayudar, sin duda, pero siempre dándole un plazo razonable para que no nos perjudique, y en el caso de pasar ese plazo, aprender a tomar las riendas y hacer lo que se dice: 'crear tu propia suerte'", recomienda Conde Almalé.
El síndrome de la chica con suerte, o la Ley de la Atracción de Goddard, representa una poderosa herramienta para trabajar la confianza en una misma y en aquello que es posible alcanzar, pero necesita de un equilibrio y de no perder la conexión con la realidad para que sea auténticamente positivo.
"Para la gestión emocional y para liderar nuestra propia vida, confiar en nuestras propias capacidades y decisiones nos va a traer mayores resultados positivos a medio y largo plazo, más allá que confiar en la suerte", concluye la psicóloga Conde Almalé.