
Daniel Chong en su taller en Lavapiés, Madrid. Esteban Palazuelos 1t4921
Daniel Chong, el diseñador de las mochilas virales kilómetro cero: "Usamos botellas de plástico y piel vegetal" 5a4l31
Su marca homónima produce con materiales respetuosos y reciclados y, por ello, causa furor en las plataformas digitales. 4d6z4x
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Se llega al taller madrileño del diseñador Daniel Chong paseando entre galerías de arte contemporáneo y terrazas joviales por la colorida calle Doctor Fourquet. Quizás la nube que forman esos adjetivos resuma parte del éxito de este joven emprendedor chinoecuatoriano, ahora CEO de su marca homónima.
Coloridos y joviales diseños como metáfora portátil de un estilo de vida urbano que reivindica lo diverso y lo sostenible con ambición glocal. Especialmente lo confeccionado a mano y lo hecho en España.
Por decisión personal, Chong trabaja sólo con proveedores locales y con una variedad de materiales orgánicos, reciclados y sostenibles, siendo su proyecto carbon negative. Él mismo, parte de ACME, la asociación de diseñadores de moda, afirma a ENCLAVE ODS que "podría tener tres casas si fabricara en otro sitio", pero tiene "una sensación de plenitud haciéndolo así".
Plenitud acompañada de un éxito de ventas de facturación millonaria, arrastrado por sus reconocibles mochilas y bolsas —cuando se ve una, es imposible no empezar a cruzarse con ellas por todas partes—.
Además del espacio que hoy visitamos, y de la producción de las fábricas de Madrid, Elche y Pamplona, Daniel Chong tiene a sus cuarenta años cuatro tiendas propias en Madrid —Huertas, Plaza Mayor, Gran Vía y Lavapiés— y otra en Barcelona. Da trabajo, así, a unas 60 personas, con 90 puntos de venta en España y 140 en Europa, ventas en Bélgica, Francia e Italia, exportaciones al otro lado del océano y online en todo el mundo.
Una visión temprana 6cj3e
"Mi madre es ecuatoriana y mi padre chino, y he vivido en diferentes países. Parece increíble, pero siempre tuve la visión de hacer algo que tuviera un impacto mayor que simplemente un emprendimiento. Siempre lo doté de un carácter profesional y comprometido", explica a este medio. Daniel Chong recuerda haberse criado entre máquinas de coser e hilos de colores porque su madre era costurera, además, se reconoce emprendedor desde adolescente.

Chong, en su taller con una de sus mochilas.
Estudió Comunicación audiovisual en la Universidad de Palermo, en Argentina, y ya en esa época, cuenta, comenzó a fabricar diseños de bolsas tote-bags con inspiración patchwork para sus compañeros.
"Mi madre cosía en España y yo estaba estudiando en Argentina. Tenía una máquina pequeñita de coser y me puse a hacer estas bolsas de tela. La narrativa del cine es muy importante en lo que hago, compongo sobre puntos de atención, siempre creaba ya como si fuera una película, con un concepto y un título para cada colección… Conseguir que la gente se enamore de esta marca ha sido como contar una historia".
Aquellos encargos de sus amigos se convirtieron en una tienda en Pamplona y su llegada a Madrid —en 2016— a la calle Amparo, zona que conocía porque siempre compraba telas por Atocha, idéntico ejemplo de diversidad local. "Y también era aún más barato para abrir local céntrico". Luego vino "un warehouse [gran almacén] en Miami" desde el que se realiza la distribución en Estados Unidos.
A pesar de la reticencia del centro de Madrid a lo nuevo y las pintadas que recibió de "fuera hipsters", Chong encontró su espacio natural en internet, cuando su producto comenzó a ser viral en redes sociales. Recuerda un reportaje de La Sexta, a partir del cual se explicó, al fin, que aunque su apellido pudiera parecer lo contrario, él era un productor local y cómo el relato comenzó a aclararse.

El diseñador con su madre.
"Encontramos luego este local en Doctor Fourquet, con las galerías de arte, y nos buscan aún aquí. ¡Este chico, aunque tenga apellido chino vive y trabaja aquí! Es todo artesanal, sostenible y hecho a mano. Pues ya lo sabe todo el mundo: no he buscado inversores, soy el único socio, todo lo he hecho con mi equipo", cuenta.
"Usamos botellas de plástico para las mochilas impermeables, piel de curtición vegetal, y los provedores ya vienen a mí", relata. "Antes compraba metros sueltos y ahora elegimos orgánico y sostenible, encontrando materiales que incluso desconocía".
"Ya de por sí somos sostenibles porque hacemos todo aquí, en el kilómetro cero", afirma. "Fabricamos en Ubrique y en Elche, en una fábrica de calzado antigua que quebró porque sus proveedores sacaron la producción a China. Un proveedor me habló de ellos y fui allí, y desde entonces sólo trabajan para mí, estoy muy contento de haber salvado una empresa a punto de cerrar. O de dar trabajo a mi hermana como jefa de taller en Pamplona o a mi madre para que tenga un buen salario y un horario".

Chong, en su taller.
Luego, añade, arropado por un equipo de marketing y comunicación de gran talento, ha acabado "aprendiendo de un montón de cosas que ni siquiera te planteas antes. Medimos cuánto contamina la empresa a nivel producción, analizamos todo desde el origen hasta el producto terminado…".
Y explica: "Es un trabajo grande porque pensábamos que no contaminábamos nada, y de repente entendí que aun fabricando en España con materiales sostenibles sí que contaminas. Imagínate otras empresas de fast fashion… A nivel de desechos, no tenemos problema, porque aprovechamos casi todo, pero aun así compensamos con reforestación en Galicia".
Las mochilas Chong 224b56
Su icono son sus mochilas; de hecho, puede que la clave de su mayor éxito sea el mensaje: kilómetro cero y defensa de la personalidad individual a través del color y las formas —muchas personas dicen "esta mochila es muy yo"—, con tejidos diferentes basados en productos reciclados como el hilo resistente obtenido a partir de botellas de plástico.

Chong en su almacén.
"Nuestra marca es amplia en formatos, pero mantiene la misma identidad pese a la multitud de colores o formas, que son reconocibles", declara.
"Me sorprende cómo se pelean por mí en redes sociales: cuando alguien dice que fabricamos en China porque les suena a chino, siempre hay quien le responde que no tiene ni idea, que esto es de aquí", explica. "Me sigue sorprendiendo que la gente que te sigue sea tan fiel y te defienda a muerte".
Su logo simboliza su visión sencilla pero definitiva: D y C. "Tenía pánico a ponerle mi nombre a mi marca al principio, luego lo entendí, quería que fuera simple, elegante, que se leyera bien y se pudiera separar. Yo creo que mandamos un mensaje en cuanto a identidad. Me empeñé en entrar en la asociación de diseñadores de moda de España, poniendo en valor la artesanía local y creando ilusión por generar ingresos y empleo en este país. Al estar racializado, esa identidad hace que empatices o no".

Chong con sus productos.
Con fans declarados como el actor Ernesto Alterio o la presentadora Lalachus, Daniel Chong fabrica también moda textil. Después de cada desfile en febrero, genera una línea comercial slow que mes a mes propone prendas que llegan a las tiendas. "Fabricar moda es caro, porque un complemento le queda bien a todo el mundo y en moda está el asunto de las tallas.
Respecto a su defensa de la diversidad, recientemente creó una mochila solidaria para la Fundación 26 de diciembre. ¿Su ambición? "Mucha gente nos conoce ya, pero me gustaría ser una marca comercial con valores, para que cuando compres sepas que hay una historia detrás. Me gustaría que digas Daniel Chong y todo el mundo sepa de dónde somos, de España, y cómo hacemos las cosas, y que se acerquen a nosotros para conocernos mejor".