
El contrabajista Pablo Martín Caminero y el cantaor David Carpio. Foto: Noah Shaye 66r6t
El cante del jazz: el contrabajo jondo de Pablo Martín Caminero se une al cantaor David Carpio 30o1
El contrabajista se ha unido de nuevo con el cantaor jerezano para alumbrar el disco 'Al cante'. Dos universos que confluyen y se enriquecen sobre la base de un instrumento apenas explotado en los dominios del flamenco. 5t2l4g
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En la última edición de la Fiesta de la Bulería en Jerez de la Frontera, una de las citas más antiguas de la programación flamenca, David Carpio (Jerez, 1975), que en esa oportunidad era el designado para dirigir el espectáculo de la segunda jornada, que tituló Maneras de sentir, soltó esta letra: “No se podía aguantar/ el cante de ese gitano, / despacito y a compás”.

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Con la voz de David Carpio
Sello: Nuba
En principio puede parecer algo anodino, incluso paradójico, pero ahí se refleja por un lado el valor que se le otorga a la expresividad, al decir pausado con el objeto de profundizar en el relato de la estructura literaria del estilo, pero por otro sin que la interpretación de ese estilo abandone la justeza rítmica, que es la fórmula magistral que determina el flamenco de Jerez, y del que David Carpio es un maestro consumado y por lo tanto experto en el dominio de esos dos conceptos: manifestación sosegada, pero intensa, de la emoción y conciencia del tempo.
Perteneciente a una ilustre y extensa familia de músicos gitanos y cantaor preferido del Premio Nacional de Danza Manuel Liñán, con el que durante más de dos décadas ha recorrido escenarios de Europa y América, David Carpio ha ido poco a poco y de manera natural introduciéndose en las propuestas musicales del compositor y contrabajista Pablo Martín Caminero (Vitoria, 1974), al que conoció a través de otro insigne jerezano, el compositor y guitarrista Gerardo Núñez.
“A pesar de que lo que hago tiene su origen en la más arraigada tradición, me considero un cantaor inquieto. Pablo, que es un músico excelente, posee una particular sensibilidad para el flamenco. Me llama la atención su forma de enfocarlo. Hemos coincidido en diversos proyectos, pero han sido pinceladas; ahora, con este nuevo trabajo realizado entre ambos, Pablo Martín Caminero al cante, hemos pintado el cuadro entero”.
Y de esas pinceladas, no hay que olvidar el magnífico espectáculo con apariencia de concierto de cámara, Solos, que pudimos ver en 2018 en el Teatro Odeón durante el Festival de Nimes, Francia, en el que Carpio contó con la guitarra de Manuel Valencia, el contrabajo de Pablo Martín Caminero y las ilustraciones de baile de Liñán.
“El flamenco se coló poco a poco en mi actividad. Fue un descubrimiento y un enamoramiento”. Pablo Martín Caminero
Pablo Martín Caminero, que estudió contrabajo clásico en uno de los conservatorios más prestigiosos del mundo, la Escuela Superior de Música de Viena, publicó en 2021 Al toque, en el que interpretaba piezas, o toques, de una serie de guitarristas conocidos: Sabicas, Manolo Sanlúcar, Niño Miguel, Gerardo Núñez, Vicente Amigo, Moraíto, Riqueni o Cañizares.
Entonces manifestó: “El flamenco se coló poco a poco en mi actividad musical. Fue un encuentro, pero también un descubrimiento y un enamoramiento. Entré en él prácticamente al mismo tiempo que en el jazz y estoy tratando de compaginar esos dos géneros”.
Él ya se ha convertido en un músico habitual en grabaciones, espectáculos y conciertos de flamenco al lado, por ejemplo, de la bailaora Rocío Molina, de la cantaora Rosario la Tremendita o del guitarrista Niño Josele, sin dejar nunca de lado su actividad como intérprete de jazz. “Me atrae del flamenco lo que lo aleja de la partitura, su naturalidad, el que esté dentro de una cultura, que sea totalmente intuitivo, esa capacidad de improvisación y ese respeto por el momento”.
El disco Pablo Martín Caminero al cante adopta la configuración de un cuarteto de jazz, en el que además intervienen el pianista Daniel García Diego y el baterista Shayan Fathi. ¿Pero se establece una adaptación de la música de jazz al cante flamenco o una acomodación del cante a la música de jazz? ¿Cómo se ha conseguido el ensamblaje? Para Martín Caminero ha sido un proceso lento y no tan fácil como pudiera parecer al escuchar el disco.

Pablo Martín Caminero
“El de David es un lenguaje flamenco y viene de ese mundo. Hay muchas cuestiones que hemos tenido que resolver sobre todo para los directos, que parecen evidentes, pero no lo son tanto. Ha sido un reto en muchos aspectos musicales y técnicos, y lo bonito es que es un proceso vivo, que hace que cada concierto tenga identidad así como una energía especial”.
Como es habitual en las casas de los barrios de Santiago o de San Miguel, la educación flamenca de David Carpio se decanta en fiestas familiares y con trece años debuta ante el público. Concertista, es asimismo un especialista para acompañar el baile, por ejemplo, de Isabel Bayón, también Premio Nacional de Danza, Mercedes Ruiz o el Ballet Flamenco de Andalucía.
En 2013 ofrece un concierto memorable en el Palacio de Villavicencio, dentro de la programación del Festival de Jerez, que un año más tarde se convierte en disco con el título Mi verdad, en el que dedica una de las piezas a su abuelo, Antonio Carpio Montoya. En 2018 publica Con la voz en la tierra.
En algún momento declaró: “En el flamenco hay que tener libertad para revelar lo que sientes”. Ahora da un paso en su carrera artística que considera decisivo: “Alguna vez me he acercado al jazz, pero es la primera que me enfrento con algo tan serio y potente. En cada concierto me voy haciendo y disfrutando ante tres grandísimos músicos”.
Martín Caminero es el que propone los temas a Carpio y este selecciona los cantes que mejor se pueden adaptar. “Y, en medio, lo que en flamenco se llama falsetas, que son los solos improvisados que hacemos en el jazz sobre estructuras armónicas. Pero todo gracias a David, que es un cantaor muy abierto y sin su actitud esto sería imposible”.