
La Piñona (izquierda) y Marco Flores (derecha). Foto: Óscar Romero y Celina Yeyén 5hv5w
El baile flamenco levanta el vuelo en el Festival de Jerez 2s4r4w
Rafaela Carrasco, Lucía Álvarez, La Piñona, y Marco Flores ofrecen las claves de los espectáculos que traerán a esta cita, que empieza este viernes. 4t1n5i
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Después de veintinueve años el Festival de Jerez sigue siendo la muestra con proyección internacional más relevante de danza flamenca en todo el mundo, aunque también anuncie conciertos de cante y guitarra solista.
Pero es el baile el que predomina en una celebración que, desde hace tiempo, ha adquirido un amplio prestigio. El hecho de que los cursos de esta especialidad, uno de los principales alicientes para los visitantes que vienen de fuera, reúna un considerable número de alumnos procedentes de más de treinta países, constituye una de las columnas fundamentales y un impagable sistema para su difusión.
Y siempre sus responsables han procurado que la diversidad con la que hoy se muestra la realidad flamenca sea un argumento de peso a la hora de diseñar las programaciones. “Aunque no existe un manual de instrucciones, he tenido en cuenta varias circunstancias, ya que vas creando sobre la marcha en función de los ingredientes de que dispones, y en este caso tenemos magníficas propuestas, que son el punto de partida”, afirma Carlos Granados, un hombre joven de teatro, que cumple su segundo año en la dirección.
Rafaela Carrasco ha inventado el término Creaviva para designar su nuevo espectáculo: “Es una palabra compuesta, refiriéndose a que trabajamos desde la creación del momento, desarrollando procesos distintos”.
Y en Creaviva, a diferencia de trabajos anteriores, en los que abundaban los grupos que ella manejaba en el escenario con especial dinamismo coreográfico, ahora aparece sola, acompañada nada más que por un grupo de músicos. “Cuando me dieron el Premio Nacional de Danza, quise hacer un alto en el camino, una reflexión y una mirada hacia atrás; encontrarme en soledad, con mi yo del pasado en ese tiempo terrible y temible, y tan rico, de la creación. En definitiva, buscar de donde vengo, con un lenguaje tradicional pero también muy actual y, por lo tanto, vivo”.
“Es difícil encontrar tierras vírgenes en este planeta y también es complicado idealizarlas. El ritmo de vida que llevamos cada vez es más invasivo y acaparador”, dice Marco Flores, que fue Premio de la Crítica al Mejor Espectáculo en el Festival de Jerez, en el que ahora presenta Tierra virgen, un lugar fronterizo entre el flamenco clásico y otras estéticas que están relacionadas con sus orígenes: “Lo popular, lo sacro, lo barroco. La idea es conformar un espacio de libertad que nos permita realizar nuestros propios ritos, ar con nuestros ancestros, pararnos en contraposición de un mundo que está obligándote a la superproducción, a la competitividad. El espectáculo invita a detenerse, a escuchar, a entrar en la profundidad, a que no todo tiene que estar lleno de estímulos, sino que el tiempo se pueda alargar”.
Lucía Álvarez, La Piñona, estrena Lucía, en vivo. Claro que para llegar hasta aquí, ha tenido que pasar por Insaciable, su anterior espectáculo. “Todo es necesario, no hay nada que te puedas saltar, son eslabones que están relacionados”. Para La Piñona, Insaciable fue una liberación, la superación de una crisis personal, un proceso que dio como resultado la aceptación de su baile y de su forma de ser. “Lucía, en vivo es una reafirmación y un discurso sólido de ‘esta soy yo’. No es la nueva Lucía, sino la que estaba esperando a manifestarse. Artísticamente tengo muchos lados, en apariencia contradictorios: por una parte soy una bailaora muy flamenca, y por otra contemporánea, pero conviven en armonía”.
“Cuando me dieron el nacional, quise hacer un alto en el camino y encontrarme en soledad”. Rafaela Carrasco
Innumerables voces aparecen en la programación del Festival de Jerez, desde las de acompañamiento al baile, como las de Antonio Campos, María Mezcle, Jesús Corbacho o Luis Moneo, hasta las que ofrecen conciertos como solistas: La Macanita, Jesús Méndez, Fernanda Peña, Mateo Soleá o José Mijita.
La joven Ángeles Toledano anuncia Sangre sucia, que es el título de su recién publicado disco. “He querido que el sonido fuese muy crudo, que no empleáramos mucho tiempo en limpiar las pistas para que resultara perfecto, sino que el carácter del momento quedara reflejado. Aunque el concepto va más allá. En realidad el título viene porque me siento más identificada con la parte sucia, no normativa, que con la parte reglamentada de la vida”.

Pero es el baile el que distingue al Festival de Jerez, contando con artistas de extensa trayectoria, que son referentes y marcan toda una época, como Eva Yerbabuena, con su Yerbagüena (Oscuro brillante); Carmen Cortés, con Memorias; Israel Galván, con su nueva versión de La edad de oro, que estrenó precisamente el 26 de febrero de 2005 en el Festival de Jerez; la Compañía de Antonio Gades, que repone Carmen; o Amor y gloria, de María del Mar Moreno, con tres bailaoras invitadas de lujo, Pastora Galván, Rosario Toledo y Ana Salazar. Nos encontramos también con nombres que están comenzando a destacar, como los de Rocío Garrido, Gloria del Rosario, Marta Gálvez, Joan Fenollar o Estela Alonso.
El baile es sin duda el gran protagonista del Festival de Jerez, una ceremonia de creatividad y saludos gozosos entre personas de orígenes a veces muy lejanos, en una Torre de Babel que se convierte en entendimiento para compartir el arte y la mejor danza flamenca.