El endocrino Francisco Óscar Rosero

El endocrino Francisco Óscar Rosero

Salud

Francisco Rosero, endocrino: "Tomar zumos en España dispara el azúcar en sangre. La fruta no se bebe"

El especialista apunta que romper el ayuno con fruta puede provocar picos de insulina desde primera hora y afectar al control metabólico.

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En verano, en invierno, en primavera o en otoño, sea la estación que sea, siempre las tenemos disponibles. Algunos las han llegado a describir como las golosinas que nos regala la naturaleza. Y no es para menos: entre ellas encontramos una amplísima variedad capaz de adaptarse a casi cualquier gusto. Por supuesto, nos referimos a las frutas, esos alimentos naturales que combinan sabor, nutrientes y frescura, y que a menudo protagonizan las recomendaciones de una alimentación saludable.

Sin embargo, no todos coinciden en colocarlas sin matices en el pedestal de lo saludable. Algunos expertos advierten que, pese a sus propiedades beneficiosas, su habitual alto contenido en azúcares puede tener implicaciones metabólicas importantes si no se consumen con cierto control. Esto ha generado un debate que, en los últimos años, ha ido ganando espacio entre quienes buscan afinar cada vez más las pautas dietéticas y ajustar el consumo de frutas a las necesidades de cada persona.

Frente a las posturas maximalistas se sitúa el endocrino Francisco Oscar Rosero, que ha compartido en un vídeo algunas claves para consumir fruta “sin remordimientos y, sobre todo, sin impactos sobre tu metabolismo”. Y advierte: “Lo primero es que no son tan malas como nos han contado, pero tampoco son la panacea que hay que comer descontroladamente". Por eso, el especialista se lanza a ofrecer tres recomendaciones prácticas para un consumo responsable de fruta.

La primera consiste en no iniciar el día con fruta si se está en ayuno: "No rompas el ayuno con fruta. Si tienes alguna condición metabólica, romperlo con frutas significa una mayor elevación de insulina desde temprano; el resto del día vas a estar muy mal". 

En la segunda recomendación, alerta sobre la costumbre de consumir fruta en forma de zumo o jugos: "La fruta no se toma, no jugo”, explica. “La fruta se mastica para poder enlentecer la absorción de la glucosa". La diferencia entre ambas opciones que masticar la fruta permite una absorción más lenta de los azúcares, mientras que al consumirla en zumo se pierde esta ventaja metabólica.

La tercera recomendación es moderar la cantidad diaria: "No más de dos porciones de fruta al día. Simple: dos porciones máximo de fruta al día". Aunque la fruta es rica en antioxidantes, que previenen el envejecimiento del ADN", insiste en que debe evitarse el exceso: "Sin excesos, sin sobreactuarnos, siempre cambiando los colores de las frutas: amarillas, rojas, verdes".

A modo de conclusión, el especialista resume su mensaje de forma clara: "No más de dos porciones al día, no en ayunas, no en jugos. Así de simple. Simple: a disfrutar la fruta, pero con responsabilidad". Y lanza una advertencia final: "Siempre debe haber moderación. Por mal, bueno, perjudicial… a comer fruta, pero con moderación".

¿Cinco raciones al día?

Aunque la advertencia de Rosero puede sorprender por su tono prudente, las principales instituciones científicas no cuestionan el papel central de la fruta en una dieta saludable, aunque sí introducen algunos matices cuando se habla de cantidades, formatos y contexto de consumo.

La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) subraya que "la inclusión de frutas y verduras en la dieta es imprescindible", dado su aporte de hidratos de carbono, vitaminas, minerales, fibra, agua y compuestos antioxidantes. Por ello, recomiendas unas "cinco raciones de frutas y verduras al día". Eso sí, recuerda que "una ración de fruta no es lo mismo que una pieza", ya que el tamaño de las piezas puede variar notablemente. Por ejemplo, mientras una fresa puede pesar apenas 30 gramos, una manzana puede aportar hasta 250 gramos, lo que equivaldría a una o incluso dos raciones.

Por su parte, la Fundación Española del Corazón coincide en destacar los beneficios nutricionales de las frutas, que aportan fibra, vitaminas, minerales (potasio, hierro, magnesio, calcio), antioxidantes, flavonoides y otros fitoquímicos con efecto protector. La recomendación que formula es alcanzar "más de tres raciones al día" -siempre que sea posible, en forma fresca y con piel para preservar la fibra y los nutrientes- y consumirlas preferentemente en su estado natural.

En una línea similar se sitúa la guía elaborada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) dentro del programa cinco al día, que recomienda "tres raciones de frutas y dos de hortalizas al día". El documento, además, introduce una recomendación muy alineada con uno de los avisos de Rosero: consumir la fruta entera, ya que "mastica los alimentos hace que sus nutrientes, entre ellos los azúcares, se absorban más lentamente, además de aportar mayor sensación de saciedad". Al contrario, recuerda que "el consumo excesivo de zumos puede potenciar la ingesta de azúcares libres e incrementar el riesgo de obesidad y otras enfermedades".

En definitiva, las recomendaciones oficiales no discrepan de la importancia de incluir fruta a diario, pero sí reconocen que su consumo debe integrarse de forma equilibrada dentro del conjunto de la dieta, evitando excesos, priorizando el consumo entero y adaptándolo a las necesidades individuales. Desde ese enfoque, las recomendaciones de Rosero no contradicen a la evidencia general, pero sí introducen un matiz más restrictivo, especialmente orientado a personas con problemas metabólicos o riesgo de alteraciones en el control glucémico.