El presentador Jesús Vázquez en una imagen de archivo junto a su madre.

El presentador Jesús Vázquez en una imagen de archivo junto a su madre. 3x5f2s

Reportajes

Jesús Vázquez: "Sufrí bullying, me llamaban vaca gallega; tuve una adolescencia terrorífica" 2i5h20

El presentador, que estrena en Telecinco 'La noche de los récords', se abre en canal sobre su pasado y desvela qué lo motivó a dedicarse a la televisión. 225tb

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Hay que remontarse a principios de los años 90 para recordar el primer programa que presentó Jesús Vázquez, La quinta marcha en Telecinco, cadena a la que ha estado vinculado casi toda su vida profesional (excepto un breve paso por Antena 3 y Telemadrid).

Han pasado 35 años de aquel debut, y en esta extensa carrera profesional, el gallego se ha ganado una gran fama de presentador solvente que logra el éxito en cada formato que se pone al frente, como le está sucediendo en su nuevo proyecto: La noche de los récords.

Vázquez es el maestro de ceremonias del espacio que emite todos los miércoles Telecinco a las 23:00 horas, donde está acompañado por Àlex Blanquer, que está a cargo de la conducción de las pruebas realizadas en exteriores y grabadas en España. Cada entrega acogerá más de una decena de retos, que tendrán que someterse al juicio final de los adjudicadores (Chloe McCarthy y Mike Janela) para entrar en el Libro Guinness World Records.

Jesús Vázquez durante la presentación de 'La noche de los récords'.

Jesús Vázquez durante la presentación de 'La noche de los récords'. Cedida

No obstante, EL ESPAÑOL ha querido hacer con el presentador un viaje al pasado para hablar de sus orígenes en Ferrol, su traslado a Madrid, sus problemas en el colegio, su cambio físico, cómo le contó a sus padres su orientación sexual y repasar una trayectoria de más de tres décadas en televisión que parece no tener fin, ya que cuenta con la confianza de Mediaset para multitud de programas futuros.

Jesús Vázquez nació en Ferrol, donde cursó sus primeros estudios en la Escuela Infantil Inglesa del London Institute de la ciudad gallega hasta que, por motivos laborales de su padre, que era militar, la familia al completo se trasladó a Madrid, donde continuó sus estudios en el colegio San Agustín, situado justo enfrente del Santiago Bernabéu.

PREGUNTA.– ¿Cómo vivió el traslado de Ferrol a Madrid?

RESPUESTA.– Hasta los 10 años viví en Ferrol, en la ciudad donde nací y, claro, para mí fue un shock muy grande el traslado a la capital porque los primeros años de mi vida fui a un colegio que era laico, bilingüe, mixto y en inglés. Tengo recuerdos muy bonitos de aquella época, era un niño que con 5 o 6 años hablaba inglés, se relacionaba con niñas en su clase… estamos hablando de principios de los 70 en la que todavía España era una dictadura, yo vivía en esa especie de isla de colegio.

Y pasé de eso, con toda la buena intención de mis padres, a un mundo que era totalmente lo opuesto, a un colegio religioso donde solo éramos chicos, nos hacían formar en el patio, cantar himnos, ir a misa, una disciplina muy férrea. Sobre todo se respiraba ese ambiente tóxico en el que, no sé si derivado de toda esta situación de tanta represión y tanta disciplina, se generan muchos episodios de bullying, de acoso, de violencia entre los chavales.

P.– ¿Lo pasó mal en el colegio?

R.– Fui un niño que pasó de un colegio y de una infancia maravillosa a una adolescencia terrorífica en un colegio que se parecía, como yo lo recuerdo, casi como un campo de concentración. Era un niño que venía de Galicia, tenía acento gallego, era gordito, tenía gafas, tenía un poquito de pluma, no lo vamos a negar, pues porque ya era gay.

Yo estaba aterrorizado porque uno es gay desde que nace, y como tenía todo eso me convertí, desde el primer día, en carne de cañón de todo el colegio, todo el mundo me insultaba, se reía, me hacía burlas, me pusieron motes, me llamaban vaca gallega, entonces, para mí fue bastante traumático, la verdad. Siempre me gusta contar la historia entera porque esos primeros años, insisto, fueron francamente dramáticos porque el bullying es un asunto muy serio que por desgracia no conseguimos como sociedad solucionar.

Jesús Vázquez durante el programa 'Bake off'.

Jesús Vázquez durante el programa 'Bake off'. Cedida

P.– ¿Qué opina del bullying?

R.– Llevo años luchando, hasta intenté hacer un programa sobre bullying. Es un problema gravísimo que afecta a los niños y niñas en un momento crítico de su vida, de su desarrollo y que les puede dejarse secuelas para toda la vida, es un tema muy serio.

P.– ¿Y cuándo cambió todo?

R.– También me gusta destacar que a los 15 años, sin ser consciente, pegué un estirón, empecé a hacer deporte, adelgacé, me quité las gafas y, de repente, pasé de ser el objeto de todas las burlas a que los mismos que se metían conmigo me dijeran que si queríamos quedar el fin de semana, que si hablaba con las chavalas del colegio de monjas al lado, el María Virgen, que era todo de niñas…
Pasé de ser el patito feo a que todo el mundo quisiera estar conmigo.

Yo seguía sintiéndome el mismo de siempre, un niño asustado, un poco pensando que se iban a meter conmigo cuando menos me lo esperara, pero empecé a ser aceptado en el grupo porque las niñas del colegio de las monjas decían: "Ay, ¿quién es ese chico tan mono?". De repente, sin yo saberlo, me convertí en eso, en un chaval mono y todo el mundo quería quedar conmigo el fin de semana para ir a ligar.

P.– Y luego, el paso a la universidad a estudiar Veterinaria…

R.– Llegué a la universidad y me encontré un mundo de gente que no era como la que había visto en el colegio, que pensaban de otra formas, que había muchos tipos de vivir la vida, que había gente muy guay en otras clases sociales, que no solo te tenías que rodear de gente como tú, que había persona estupendas que también eran de izquierdas, que no solo había que ser de derechas.

Me mostró que el mundo es muy diverso y que hay que aceptar todas las opciones. Dejé un poco atrás esa etapa del colegio, aunque insisto, me llevé de allí dos amigos que luego me duraron muchos años y con los que viví muchas aventuras. Es verdad que no acabé la carrera, no soy veterinario, pero sí aprendí mucho de que la vida era algo más que un colegio de curas en un barrio viejo.

P.– ¿Siempre quiso dedicarse al mundo de la televisión?

R.– Afortunadamente, ahora se ha diversificado todo mucho, se ha especializado y los chavales desde que empiezan a tener una idea de lo que quieren hacer pueden elegir un camino u otro, hay infinidad de grados combinados y puedes ir encontrando tu camino desde mucho antes.

En mis tiempos, insisto, que yo tengo 60 años, estamos hablando de que fui a la universidad a principios de los 80, tenías que escoger Ciencias o Letras, y cuando seleccionabas ese camino, ya no había marcha atrás. Ahora hay muchas más carreras de muchos tipos, pero cuando yo era pequeño eran las carreras clásicas, porque, además, en mi casa no había otra opción, tenía que ir a la universidad a estudiar una carrera de cinco años y ser médico, abogado, ingeniero, arquitecto… pero no había mucho más donde elegir.

Jesús Vázquez en la edición de Gran Hermano de 2002.

Jesús Vázquez en la edición de Gran Hermano de 2002. Cedida

Yo elegí Ciencias porque como a mí me gustaban los animales, pues fui a Veterinaria. Pero cuando llegué a la facultad enseguida me di cuenta de que no era lo mío. Y ahí empecé a buscarme la vida y otros caminos.

P.– ¿Y cómo era tener un padre militar al que le dice que no quiere hacer Veterinaria y va a estudiar Arte Dramático?

R.– Fue bastante complicado y fui lanzado en esa historia porque lo hice prácticamente todo a la vez. Aprobé hasta segundo de la carrera y llegué a matricularme de tercero con algunas pendientes. Pero llevaba tres años en la universidad, tenía 20 años, ya había conocido otros mundos, ya me había metido un poco en los comienzos de la Movida, conocía gente que no tenía nada que ver ni siquiera tampoco con la universidad, había gente de la noche, empecé a conocer el ambiente gay, comencé a ver, por ejemplo, que había gente que era gay y que no pasaba nada, que era gente normal, que eran como yo y que no eran demonios ni monstruos ni pervertidos ni nada.

P.– Algo cambió dentro de usted.

R.– Un chico al que conocí y con el que tuve una relación sentimental, y se lo agradeceré siempre, me animó y me dijo: "Nene, si no te gusta la carrera, tienes 20 años, cambia, haz lo que quieras hacer". Como me gustaba el teatro, el cine, las cámaras… me convenció para que estudiara eso.

P.– ¿Se lo comunicó a sus padres.

R.– Sí, un verano le dije a mis padres que no me iba de vacaciones con ellos porque tenía que preparar unas asignaturas pendientes de Veterinaria, pero lo que hice fue prepararme las pruebas de arte dramático engañándoles en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, la RESAD, que son bastante complicadas porque se presenta mucha gente y hay pocas plazas. Las pasé, entré en la Escuela de Arte Dramático, todo eso costeado con mi dinero que me sacaba por ahí de modelo, de camarero y de lo que me iba saliendo, y cuando ya tuve en mis manos la plaza en la Escuela de Arte Dramático, ese día, que fue uno de los días que nunca olvidaré de mi vida, senté a mis padres en su casa, en el salón, y les dije: "Tengo que contaros algo".

P.– ¿Cómo recuerda ese momento?

R.– Pensé, "mejor lo cuento todo de golpe", y les dije: uno, que no había estado preparándome las asignaturas de Veterinaria sino las pruebas de Arte Dramático y que estaba itido en la escuela; dos, me iba de casa; y tres, que era gay y que me iba a vivir con mi novio. Lo solté todo de una, fue un shock bastante grande. Recuerdo que mi madre se echó a llorar y mi padre se quedó callado, se levantó y se fue. Lo siguiente fue que mi madre, entre lágrimas, me dijo que ya sabía que era gay, y yo, también entre lágrimas, le contesté, que si lo sabía, ¿por qué no me había ayudado un poquito? A partir de ahí empezó otra etapa de mi vida.

Jesús Vázquez en 'Quinta Marcha' junto a Penélope Cruz.

Jesús Vázquez en 'Quinta Marcha' junto a Penélope Cruz. Cedida

P.– ¿Cómo lo vive ahora?

R.– Ahora, cada uno vive su identidad, su género y su sexualidad como quiere, y me parece maravilloso, pero en aquella época era muy complicado y mucha gente habrá pasado lo que yo estoy contando, de tener que decir en su casa algo que es horrible. ¿Por qué tenemos los gays que pasar ese momento tan duro y tan difícil de decir, mamá, soy gay, como esperando a ver si les parece bien o les parece mal? Los heteros no se tienen que sentar a sus padres para decirles: "Mamá, papá, soy hetero", y que haya un trauma gigantesco. Entonces, me imagino que todos los gays y las lesbianas y mucha gente LGBT que vea esto de mi edad dirán, coño, es que es verdad, teníamos que pasar ese momento atroz e injusto que parecía que habíamos hecho algo.

P.– ¿Fue un paso difícil, traumático?

R.– Sí, porque tú ya sabías que te enfrentabas a un trauma y podía ser que te negaran, que te echaran de casa, que te desheredaran o que lo aceptaran como entre lágrimas, como a quien le dicen que su hijo tiene una enfermedad grave. Tenías que pasar por ese trago tan horrible cuando en realidad no habías hecho nada malo, solo ser tú. Pero bueno, yo soy de esa generación y, por desgracia, tengo que decir que, afortunadamente, cada vez son más los padres que ya, cuanto más avanza la sociedad, más padres jóvenes hay que ya están por encima de esas tonterías y que no les importa nada la opción sexual de su hijo o su género, su identidad o cómo se sientan.

Jesús Vázquez en el crucero de First Dates.

Jesús Vázquez en el crucero de First Dates. Cedida

Pero sigue habiendo muchos, sigue habiendo muchas personas que pasan muchos problemas por ser como son y para ellos va este mensaje también, porque me consta que hay gente que por temas religiosos, políticos de ideología, siguen rechazando a sus hijos e hijas por el simple hecho de amar a una persona de su mismo sexo. Para ellos va el mensaje, para los que todavía están sufriendo.

Su nuevo proyecto 3l5d68

La carrera profesional de Jesús Vázquez es de sobra conocida por los espectadores, habiendo pasado por La quinta marcha, Hablando se entiende la basca, La ruleta de la fortuna, Popstars, Hotel Glam, Gran Hermano VIP, ¡Allá tú!, Operación Triunfo (OT)Supervivientes, Pekín Express, La Voz o Bailando con las estrellas, entre otros muchos.

En la actualidad está inmerso en un proyecto muy personal, ya que él mismo participará en La noche de los récords: "Llevo tiempo preparándome para ello. Me inscribí para batir un récord en esta edición. El programa ya está grabado y hago, bueno, intento, un récord en el programa".

"Es algo en lo que soy el número uno. Puede ser cualquier cosa, a lo mejor soy el que se come más uvas a la vez y se las traga sin masticar. Es una habilidad que he estado desarrollando y preparando durante mucho tiempo. Es una cosa que yo tenía y me dijeron que era como para presentarla a los Guinness. Empezó como una broma, lo dijimos y lo aceptaron los americanos. A mí me pareció muy chulo hacerlo y era la forma más bonita de acabar un programa", reconoce el gallego.

P.– ¿Qué fue lo primero que pensó cuando Mediaset te ofreció presentar este formato?

R.– Que después de tantos años en Mediaset haciendo tantos formatos distintos, es verdad que este programa es único. No es otro talent, no es un concurso, no es un talk show, es un formato que es único en su género, que es en sí el Guinness World Records. Lo primero que pensé que otra vez, cuando ya creía que había presentado todo en la vida, aparece un programa que nunca me imaginaba que me iba a llegar: ver a gente haciendo cosas que nadie más en el mundo puede hacer. Y me pareció un desafío.

P.– ¿Tener contrato de cadena con Mediaset le permite elegir los proyectos?

R.– Ya tenemos un entendimiento después de tantos años y ellos saben los programas en los que yo me siento cómodo. Cuando llega un formato de estas características, que es una gran inversión, que es una gran apuesta, les gusta tener siempre una persona como yo, que tiene una trayectoria bastante blanca, y que, aunque he hecho de todo, porque he hecho desde Supervivientes hasta Mujeres y hombres y viceversa, quieren una imagen como la que yo proyecto para ponerme a los mandos de un programa blanco, familiar, que pueda verlo desde un abuelo hasta un niño.

Jesús Vázquez, de pequeño, junto a su madre.

Jesús Vázquez, de pequeño, junto a su madre.

P.– ¿Qué nos puedes contar de sus ‘compañeros’ que también intentarán lograr un récord?

R.– Los protagonistas son personas que hacen cosas que nadie más en el mundo sabe hacer. Entrenan, se sacrifican, sudan y cuando creen que lo tienen vienen al plató para ponerse a prueba. Es por ello que, de la mayoría de los retos que se van a mostrar a lo largo del concurso, hay un porcentaje alto que logre superarlos. Todo se complica cuando llegan los duelos donde más de una persona, incluidos niños, se tienen que enfrentar por conseguir el récord. Saben que solo uno de ellos se puede llevar el diploma a casa, los más pequeños son los más deportivos y los que mejor se toman la ‘derrota’.

P.– ¿Pero llegan a correr riesgos?

R.– Con este formato a mí se me ha ido el aliento, de verdad. He sufrido, me he emocionado y lo he disfrutado. He puesto miles de caras y he dado miles de grititos. Se me pone la piel de gallina de pensarlo. Pero es que a lo largo de mi carrera he hecho muchos programas de entretenimiento y de talento, pero lo que he visto en este programa jamás lo he visto. Habla de superación, de no ponerse límites. Es increíble lo que es capaz de hacer la gente, me vais a ver haciendo de todo. Nunca he puesto tantas caras ni he dado tantos gritos en un programa de televisión como los que he dado en La noche de los récords.