Comprar una casa o un piso en España sale cada vez más caro. Así lo indican los últimos datos del Consejo General del Notariado: en enero de 2025, el precio medio del metro cuadrado alcanzó los 1.860 euros, lo que supuso un incremento del 6,1% respecto al mismo período del año pasado.
En este contexto, muchas personas se preguntan cuántos ahorros necesitan realmente para adquirir una vivienda. Ricardo Gulias, experto en hipotecas, aclara paso a paso el cálculo para un piso de 200.000 euros: "De hipoteca el banco te dará el 80% (160.000 euros), necesitarás una entrada del 20% (40.000 euros), impuestos una media de un 6% que en este caso serían 12.000 euros, más los gastos de notaría, registro, gestoría, en torno a 3.000 euros".
La suma total que una persona debe tener disponible antes de acudir al banco para comprar un piso de este precio, asciende por tanto a unos 55.000 euros. Esto incluye no solo la entrada, sino también los costes adicionales asociados a la compra de una vivienda. "Se te quedaría una cuota aproximada de 650 euros cada mes y tendrías que tener ahorrados 55.000 euros", precisa Gulias.
Sin embargo, no todo el mundo dispone de esa cantidad. ¿Hay alternativas? El experto responde con claridad: "¿Qué pasa si no tienes este dinero ahorrado para pagar la entrada, los impuestos y los gastos? Podrías optar a una hipoteca al 100% + gastos, no tendrías que aportar los 55.000 euros".
Este tipo de financiación no está al alcance de todos. Requiere cumplir ciertos requisitos, como tener estabilidad laboral, un buen perfil financiero y, en algunos casos, contar con un aval. Pese a ello, puede ser una salida viable para muchos jóvenes que no tienen capacidad de ahorro pero sí ingresos mensuales estables.
Requisitos habituales para una hipoteca al 100% 2cx33
Cada vez más bancos en España están apostando por este tipo de hipoteca que hasta hace poco era poco habitual. Esta fórmula permite cubrir no solo el valor del inmueble, sino también los gastos asociados a la compra, algo que hasta ahora solía quedar fuera del préstamo.
Eso sí, acceder a estas hipotecas no está al alcance de cualquiera. Las entidades exigen una serie de condiciones que empiezan por tener ingresos estables y un historial crediticio limpio, sin deudas ni impagos. Además, es fundamental que el nivel de endeudamiento no supere el 35% de los ingresos mensuales.
Contar con un avalista es otra de las exigencias habituales, sobre todo si el perfil del comprador no es lo bastante sólido. Y como ocurre con otros productos bancarios, estos préstamos suelen ir ligados a la contratación de servicios como seguros, domiciliación de nómina o tarjetas.
Los jóvenes menores de 35 años con contrato fijo, especialmente en el sector público, tienen más opciones de conseguir este tipo de hipotecas. Pero, aunque pueda parecer una oportunidad atractiva, supone asumir una deuda importante. Es por ello que es esencial estudiar bien el caso con un asesor y no firmar sin entender bien los compromisos que se asumen con este tipo de hipotecas.