Imagen de archivo de una niña haciendo deberes.

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Sevilla

Casi 200 niños sin familia en Sevilla: "Sus vidas están destrozadas desde la infancia" 6f701b

La presidenta de la Asociación Abrázame Sevilla afirma que, debido a la imposibilidad de acceder a una vivienda y las condiciones sociales, cada vez son menos las familias que se prestan al acogimiento de menores. 5u3y5b

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Sevilla acoge en sus centros de menores a casi 200 niños y niñas sin familia, algunos de ellos de entre 0 y 3 años. "Sus vidas están destrozadas", afirma Victoria Barbero, presidenta de la Asociación Abrázame Sevilla, creada con el objetivo de brindar apoyo a las familias que acogen menores tutelados por la Junta de Andalucía.

Esta sevillana pide a las familias que se involucren con los niños sin hogar. Recuerda que "estos niños van a los mismos colegios que los niños de todo el mundo, y si se cruzan con los hijos de otros les pueden destrozar la vida, pero es que sus vidas ya están destrozadas desde la infancia".

Las declaraciones de esta mujer, que a lo largo de su vida ha ejercido como madre de acogida para 12 menores, son devastadoras. "No te haces una idea de las condiciones en las que llegan muchos niños", lamenta.

"Uno de los menores que llegó a mí fue víctima de zarandeo. Estaba destrozado", afirma. Barbero explica que, a este bebé, le pegaban desde los 2 meses y que llegó a su hogar con las costillas rotas. "Otro de ellos murió a los 10 meses", desarrolla sin aliento. Sus padres biológicos lo asfixiaban.

Sin embargo, la lucha de esta sevillana, como la de tantas otras familias que se ofrecen al acogimiento, no tiene límites ni barreras, ya que todo lo que hacen es "desde el amor más absoluto". "Ha habido niños que han entrado aquí con la barbilla metida entre el pecho del miedo y han salido saludando y riendo, y solo por eso todo lo demás merece la pena".

"La primera vez, te destruye" 2i3l5p

Victoria Barbero, toda una experta en acogimiento, reconoce que "la primera vez que lo haces, te destruye". No obstante, y aunque sabe que puede parecer un cliché, insiste en que "la frase ellos te dan más de lo que tú le das a ellos, es completamente cierta".

"Al final tienes que concienciarte y entender que van a un sitio mejor, a una familia definitiva, que es lo que todos queremos, pero es muy doloroso porque los terminas queriendo como si fueran tuyos", declara.

Sin embargo, el dolor no solo se produce cuando el menor encuentra una familia, que es, al final, un motivo de felicidad, sino cuando se cumple el plazo de acogida y tienen que volver al centro de menores porque no han encontrado una familia para ellos.

"Después de dos años con un niño en tu casa, si tiene que volver al centro, el que lo está abandonando eres tú", expone Barbero. Es por ese motivo que la familia de esta sevillana ya ha acogido de forma permanente (hasta los 18 años) a dos menores que, en un principio, entraron en su hogar de manera temporal.

"¿Qué haces cuando sabes que eres la única oportunidad de ese niño? ¿Lo devuelves a un centro de menores? ¿Lo abandonas?", aqueja la presidenta de Abrázame.

Fecha de caducidad 6u5s67

En cualquier caso, y pese al enorme esfuerzo y sacrificio que realizan las familias de acogida, no todo es color de rosa, ya que el acogimiento tiene una fecha de caducidad: los 18 años.

"Todos los niños, en general, están deseando alcanzar la mayoría de edad. Ellos no. Saben que al cumplir los 18 años se van a la calle", lamenta. Además, lo hacen "sin ningunas garantías". Depende, por tanto, de nuevo de las familias el seguir cuidando de estos adolescentes que, de otra forma, se verían solos en el mundo.

"Las familias de acogida hacen un gran esfuerzo por mantener a estos menores bajo sus techos, porque la istración solo da 500 euros de ayuda", informa.

Según la voz de la experiencia de esta veterana, a la propia istración "le interesa" que los menores se encuentren en casas de acogida, ya que "cada menor ingresado en un centro le supone al Estado un gasto de en torno a 4.000 euros". Puntualiza que "en el caso de que sea un niño con necesidades especiales, la cifra aumenta de forma considerable".

Menos familias 1n82s

La presidenta de Abrázame reconoce que, por las circunstancias sociales, cada vez hay menos familias que se prestan al acogimiento. Tampoco a la adopción. "Con lo que cuesta la vivienda, ¿quién se va a plantear acoger a un menor?", lamenta, reconociendo que antes recibían más apoyos por parte de las familias.

"Si no tienes opción a poder alquilar o comprar una vivienda, estás retrasando tu vida. Y si se retrasa el poder acceder a una vivienda, se retrasa, evidentemente, el poder formar una familia", expone.

En ese sentido, Barbero explica que, de forma general, las parejas priorizan formar una familia biológica y que, una vez asentados, se animan a acoger. Sin embargo, al retrasar la gestación de un hijo, el acogimiento se hace prácticamente imposible.

Tres modalidades de acogimiento 9465y

Victoria Barbero explica que existen tres modalidades diferentes de acogimiento y, aparte, están las colaboraciones que hacen las familias. Las modalidades son de urgencia, temporal y permanente.

"En la modalidad de urgencia las familias no pueden rechazar nada, ya que se trata de menores en extrema necesidad de cuidados", desarrolla. Esta modalidad abarca a menores de 0 a 7 años y tiene una duración máxima de 6 meses.

Por otro lado, el acogimiento temporal tiene una duración de hasta dos años y, en esta situación, las familias "sí pueden perfilar algo". Es decir, sí pueden descartar perfiles de niños si, por ejemplo, no están dispuestos a acoger a menores con alguna disfuncionalidad.

La última modalidad es la permanente, que es la que se hace hacia un menor hasta que éste cumple los 18 años. "Existe también la permanente especializada, que se dirige, por ejemplo, a grupos de hermanos o a personas con diversidad funcional".

Cuando un menor termina con su estancia temporal y aún no tiene una familia con la que vivir de forma permanente, vuelve al centro de acogida "hasta que cumple los 18 años y lo echan a la calle".