
El sumiller José Luis Garrido, sirviendo una copa de vino. Cedidas 13o3c
José Luis, el sumiller gitano que ha roto estereotipos sirviendo al Cholo y Will Smith: "Todavía hay discriminación" 5j2w5t
El experto en vinos se pronuncia con motivo de que 2025 ha sido declarado Año Mundial del Pueblo Gitano: "En ciertos lugares no puedes usar tu condición de gitano como carta de presentación, porque te crucifican". 155i5y
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José Luis Garrido (La Unión, 1990) es un sumiller que rompe con los estereotipos que existen sobre los gitanos. A sus 34 años ya ha servido a figuras como Will Smith o el Cholo Simeone en restaurantes de primera: La Salgar, Abadía Retuerta, Casa Marcial y Odiseo, del que formó parte del equipo que ganó una Estrella Michelín en 2021. Sin embargo, explica a EL ESPAÑOL que "cuando trabajas en ciertos lugares de nivel, no puedes utilizar tu condición de gitano como carta de presentación sin antes demostrar cómo eres porque si no, te van a crucificar".
"En mi ámbito laboral, cuando ya has demostrado quién eres y cómo eres y estás harto de escuchar expresiones como 'qué gitano eres', que siempre tienen una connotación negativa, entonces ya puedes plantarte y decir "oye, que yo soy gitano"", amplía Garrido.
Este 2025 se ha declarado Año Mundial del Pueblo Gitano para desmontar los prejuicios que existen sobre este colectivo que engloba a "más de 730.000 personas" en nuestro país, según la asociación Unión del Pueblo Romaní. De hecho, el joven sumiller no duda en asegurar que esta etnia "todavía sufre discriminación" en España: "Si en las redes sociales te metes en cualquier publicación en la que salga algo de un gitano, sea bueno o malo, nada más que ves comentarios de odio".
- ¿Por qué cree que los estereotipos sobre los gitanos están tan interiorizados en la sociedad?
- José Luis Garrido: Creo que vivimos en uno de los países menos racistas del mundo hacia todas las etnias, excepto hacia los gitanos. También creo que el racismo va para los dos lados, es decir, el racismo hacia los gitanos existe, pero al revés también. Aunque creo que el segundo es consecuencia del primero.

El sumiller José Luis Garrido, con una copa de vino.
- ¿Qué cree que habría que hacer a nivel social para eliminar los estereotipos?
- Sinceramente, no sé lo que hay que hacer. Creo que ser gitano no es cuestión de raza, más bien es una cuestión social. Es decir, a un payo que se cría entre gitanos se le acepta. Lo que ocurre es que la mayoría de veces, estos suelen ser ámbitos muy lumpen, de personas con muy pocos recursos.
Además, fuera del flamenco apenas existen referentes gitanos. Sí que es verdad que ahora mismo hay mujeres que han montado movimientos feministas gitanos, sobre todo en Valencia y en Madrid, pero en seguida se les ha eclipsado, porque se las asocia a ser 'podemitas' o algo así, y pasan muy de largo. Y creo que es una lucha más difícil todavía, porque si el machismo existe, siendo gitana es peor.
La evolución de este joven sumiller es el gran ejemplo de que los orígenes de una persona no tienen por qué condicionar su futuro ni ser motivo de prejuicios. Y es que Garrido explica que nació en una "familia muy humilde" de un barrio ubicado en un pequeño municipio de la Región de Murcia, La Unión, y empezó desde joven a trabajar duro para poder pagar sus estudios universitarios de Derecho.
"Mi abuelo Ginés era mercader, y el día que vendía mucho se iba a una bodega del pueblo a beber Prado de Enea, que es uno de los grandes vinos de España", explica el sumiller unionense. "Y si un día vendía poco bebía Muga, que es de la misma casa pero más económico".
Esta costumbre de su abuelo fue una de las cosas que le llevó a interesarse por el mundo del vino, y a descubrir que esa era su verdadera vocación. Por lo tanto, decidió apostarlo todo para poder dedicarse a ello, arriesgando hasta el punto de abandonar la carrera de Derecho "en tercer curso".
Pero su constancia le ha llevado a formar parte de restaurantes de primera, como Casa Marcial, que en 2024 ganó su tercera estrella Michelín, o el Odiseo de Murcia, donde subraya que formó "parte del equipo que consiguió su primera estrella". Lo más curioso es que el oficio de sumiller se suele vincular con clases sociales de un nivel adquisitivo alto. No en vano, se trata de un trabajo que requiere "viajar mucho, y probar muchos vinos".
Por eso cuando José Luis atiende una mesa vestido de traje, en un entorno elegante, explicando cada detalle de los vinos que sirve, sus ingredientes y de dónde provienen, es difícil imaginárselo en sus humildes inicios "echando horas los fines de semana como camarero en mi pueblo". De hecho, rememora que llegó a servir a personalidades como "Simeone, Will Smith, el Rey cuando era príncipe..."

José Luis Garrido (segundo izquierda) posa con varios compañeros de Odiseo celebrando haber ganado la estrella Michelín 2022.
- ¿Qué vinos tomaron el Cholo, Will Smith y don Felipe?
- José Luis Garrido: Les serví en Abadía Retuerta, un restaurante de Valladolid. Simeone llegó con su mujer y lo primero que pidió fue Château Mouton Rothschild. Luego bebió Vega Sicilia Único, y terminó con Pingus, uno de los vinos más caros de España.
El Rey, que entonces era príncipe, acudió en un evento relacionado con las Fuerzas Armadas, y se sirvieron los mismo vinos para todo el mundo: Abadía Retuerta LeDomaine blanco y Abadía Retuerta Selección Especial tinto. A Will Smith, la verdad es que no me acuerdo. Eso sí, teníamos que firmar un compromiso de confidencialidad porque no podías contar nada de los clientes, así que espero que haya prescrito (entre risas).
Ahora, Garrido continúa su carrera profesional ligado al mundo del vino como asesor, formando al personal y seleccionando los productos que se venden en Menta , una empresa importadora y distribuidora de vinos que tiene tiendas en San Javier, Santiago de la Ribera y Torrevieja.

El sumiller José Luis Garrido posa con varias botellas de vino.
"El mundo del vino es fascinante porque nunca terminas de saberlo todo", recalca con entusiasmo. De hecho, atiende a este diario el mismo día que vuelve de la Wine Paris, un evento internacional que reúne cada año a profesionales del sector en la capital sa. "En el mismo viaje he pasado por la Barcelona Wine Week, en quince días habré catado en torno a 800 vinos de más de 60 países".
"Cuando me llevo un vino a la nariz y después a la boca, muchas veces me lleva a emocionarme: esa es la medida que yo utilizo para saber si un vino es bueno", subraya. Y ese sentimiento es el que pretende transmitir a sus comensales y clientes.
- ¿Cuáles son los tres vinos que más le han sorprendido?
- José Luis Garrido: El primero que me rompió los esquemas fue un Amontillado de Jerez que se llama Quo Vadis, un vino muy viejo, por el que no se puede entrar a este mundo porque de primeras no te va a gustar si eres nuevo.
El segundo que más me emocionó fue un champán de un elaborador de Reims que se llama Egly Ouriet, que hace unos vinos que son cítricos, pero a la vez cremosos, pero a la vez tienen suelo…. Para el tercero diría un Barolo de la zona del Piamonte que se llama La Spinetta, en concreto la añada del 10, que me hizo descubrir los vinos italianos.
El próximo 8 de abril se celebra el Día Mundial del Pueblo Gitano, que este 2025 será especialmente significativo porque se cumplen 600 años de la llegada de esta etnia a la Península Ibérica. Figuras como la de José Luis Garrido son fundamentales para demostrar que el lugar de nacimiento, el color de piel o el colectivo al que pertenece una persona no tienen por qué determinar su carácter.