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En la conducción, todos tenemos nuestras manías o costumbres adquiridas con el tiempo. Algunas de estas prácticas pueden parecer inofensivas, pero en realidad tienen efectos negativos tanto en posibles accidentes como en el rendimiento de nuestro coche.

Conocer y corregir estos hábitos es fundamental. Aunque el automóvil pueda tener muchos recursos con los que protegernos, la manera en que lo manejamos influye directamente en su rendimiento y en nuestra conducción.

Una costumbre que muchos adoptan de modo inconsciente es colocar las manos en el volante como si fuera un reloj, con ambas en posición de las 12, y girar con la palma abierta. Esto es un gran error.

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Este hábito pone en riesgo el control del vehículo "No tienes control", explica Bernat Escolano, conocido como Berni, experto en coches. "Se te puede resbalar el volante y, si necesitas esquivar algo rápidamente, no tendrás tiempo de reaccionar".

La forma correcta es mantener las manos en la posición de las tres y las nueve, lo que te permite un control total. Esto mejora la estabilidad, además de en una emergencia, te da la posibilidad de realizar maniobras con mayor precisión.

Desconectar el motor inmediatamente después de haber llegado al destino es algo que no muchos saben, y es una gran equivocación."Si apagas de inmediato, estarás forzando el turbo poco a poco", advierte el experto.

El turbo necesita un tiempo para enfriarse y estabilizarse después de un trayecto largo. Por lo tanto, es recomendable dejarlo en ralentí durante unos 20 a 30 segundos. "No cuesta nada y, al hacerlo, alargarás su vida", explica Escolano.

Esto puede evitar el desgaste y garantizar que se enfríe correctamente, y más, si realizas trayectos largos con frecuencia.

Muchos conductores buscan ahorrar gasolina circulando en marchas largas a bajas revoluciones, por ejemplo, conduciendo en cuarta a solo 50 km/h. Pero, "esto no ahorra nada", señala el experto.

"Lo que haces es forzar el motor, provocando más vibraciones y perdiendo eficiencia". Genera una erosión innecesaria. La mejor solución es reducir y permitir que funcione en su rango óptimo de revoluciones.

Mejorará el rendimiento en el consumo de combustible y también asegura una mayor respuesta del motor. Así lo cuenta Escolano.

Un hábito común es mantener el pie sobre el embrague mientras esperamos en un semáforo, lo que podría causar un desgaste innecesario."Deberías poner el coche en punto muerto y dejar que descanse", recomienda Escolano.

Es fácil dejarse llevar por la música cuando estamos conduciendo, sobre todo en viajes largos. Pero llevar el volumen demasiado alto puede ser peligroso. Escuchar las sirenas de emergencia o los ruidos extraños es crucial.

Si el vehículo está haciendo ruidos inusuales, como golpeteos o chirridos, es importante poder oírlos para detectar cualquier posible problema.

Acelerar de manera agresiva justo después de arrancar el coche, especialmente cuando el motor está frío, es otro error habitual, que ocasiona daños a largo plazo."Necesita un tiempo para calentarse", explica el experto.

Acelerar de este modo, puede generar un desgaste prematuro y aumentar el consumo de combustible. Es recomendable dejar que el motor se caliente, antes de acelerar con fuerza, lo que protege y mejora la eficiencia de la conducción.

Aplicar estos consejos no solo te ayudará a mejorar la productividad de tu vehículo, sino también a alargar su vida útil. Lo más importante, a garantizar tu seguridad.