El presidente de EEUU y el de China, Donald Trump y Xi Jinping, respectivamente.

El presidente de EEUU y el de China, Donald Trump y Xi Jinping, respectivamente. Xinhua / Zuma Press - Europa Press. e2g5b

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El 'as' en la manga de China, 700.000 millones de deuda de EEUU que puede vender para 'tumbar' al dólar 1v6k13

Si Pekín la vendiese de golpe, podría provocar una gran crisis en el país norteamericano. 4f6m3k

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El tira y afloja entre Estados Unidos y China por los aranceles anunciados por Donald Trump tiene pendiente a buena parte de los gobernantes, empresas, inversores y consumidores del mundo. No en vano, son las dos principales economías del planeta.

Pero, en su particular guerra comercial del uno contra el otro, el gigante asiático guarda un as bajo la manga que otros países no tienen y que puede ayudarle a torcer el brazo a la istración republicana. China es el segundo mayor tenedor de la deuda pública de EEUU por detrás de Japón y, si la vendiese de golpe o por grandes paquetes, podría tumbar al dólar y provocar una gran crisis en el país norteamericano.

A cierre del primer semestre de 2024, los inversores con sede en China ostentaban deuda pública estadounidense por valor de 768.300 millones de dólares (unos 701.500 millones de euros al tipo de cambio actual), según el Tesoro de EEUU.

En particular, el Banco Popular de China lleva años financiando el déficit comercial de EEUU. Sin embargo, por unos factores u otros, durante los últimos años el organismo monetario de Pekín ha ido desprendiéndose paulatinamente de títulos de deuda americanos de su balance. Hace unos años, China incluso llegó a controlar hasta 1,3 billones de dólares en deuda estadounidense.

Diversos analistas financieros y geopolíticos apuntan a que, si China reduce la demanda de deuda americana, EEUU tendrá que cerrar sus déficits. Y, en plena guerra arancelaria, reducir de forma brusca el déficit comercial y fiscal podría inducir al país norteamericano a una recesión o gran crisis en medio de una pérdida de confianza del dólar.

Porque, si Pekín vendiera tantos bonos estadounidenses a mercado en tan poco tiempo, todo parece indicar que no habría demanda o contrapartida suficiente para asimilarlos. Y vender tales cantidades de deuda de forma acelerada o, lo que es lo mismo, con descuento, haría que las dudas de los inversores acecharan al Gobierno de Trump y, por tanto, la nueva deuda que tuviera que emitir el Tesoro de EEUU se encarecería.

En estos momentos, la foto de la guerra arancelaria es bastante fea, aunque todavía no es definitiva. Donald Trump ha cumplido con su amenaza. El presidente de EEUU ha decidido elevar los aranceles a China hasta el 104% a partir de esta medianoche después de que Pekín no haya levantado sus aranceles de represalia sobre los productos estadounidenses antes de la fecha límite del mediodía del martes impuesta el pasado lunes por el republicano.

Pero, horas antes, el propio Trump había escrito en la red Truth Social que China quería un acuerdo sobre aranceles "desesperadamente, pero no saben cómo empezar" a negociar. "China quiere llegar a un acuerdo, pero no sabe cómo iniciarlo. Esperamos su llamada. ¡Sucederá!", escribió. Por ahora no ha llegado, pero podría llegar.

Entre tanto, el Gobierno de Xi Jinping empieza a desempolvar su arma secreta de la deuda estadounidense por si le hiciera falta. Aunque, en un primer estadio, sólo como amenaza.

No tan amenazante 3z1wk

Pese a ello, Judith Arnal, investigadora principal en el Real Instituto Elcano, publicaba hace unos meses que las tenencias de deuda pública chinas sólo representan el 9,6% del total de tenencias extranjeras y menos del 3% del total de la deuda pública estadounidense en manos del público.

"Esto resta gran poder desestabilizador a China por esta vía, cuyos inversores, por otro lado, no podrían prescindir totalmente de la deuda pública estadounidense, activo ampliamente utilizado como colateral en transacciones financieras", sostenía por entonces.

Pero puntualizaba Arnal en su artículo de investigación: "Esto no quiere decir que el Gobierno de EEUU tenga que descuidar la salud de sus finanzas públicas. La mala gobernanza fiscal, unida a una ratio elevada de deuda pública, a abultados déficits públicos en los próximos años y a programas electorales basados en una política fiscal aún más expansiva, aconsejan mantener la situación bajo vigilancia".