El resurgimiento sin cierre de Aznalcóllar: la mina vuelve a la vida con el juicio por su concesión pendiente de fin 2k2xp

Por fin hay fecha porque –también por fin– se han emitido los últimos permisos de la Junta de Andalucía. Aún queda algún fleco istrativo del propio Ayuntamiento de este municipio de 6.000 habitantes, pero todos lo consideran casi una coquetería: el alcalde, el exminero Juan José Fernández, ha defendido con uñas y dientes esta iniciativa. 

Porque promete revitalizar económicamente una zona que fue próspera hasta el desastre. Minera Los Frailes, la sociedad detrás del resurgimiento, ya avanza que a inicios de este verano arranca el proyecto con la nueva estación de tratamiento de agua, preadjudicada a Aqualia Industrial. 

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Son 50 millones de euros de inversión solo para esta estación. Después la corriente de dinero se intensificará: en la primera mitad de 2026, llegarán 150 millones de euros para la construcción de la planta de proceso, las labores subterráneas y otras infraestructuras asociadas al inicio de las operaciones. 

Para 2027, se habrá completado la inversión de 450 millones. En 2028, procesarán las primeras toneladas de zinc, cobre y plomo. Mientras tanto, explosión de actividad: el proyecto generará 1.200 empleos directos e indirectos y 800 inducidos.

En la zona la alegría es palpable ante la expectativa de esta ebullición económica y laboral, que no obstante comenzará sin que se haya resuelto el último y gran entuerto del yacimiento: el proceso de la Audiencia de Sevilla que trata de aclarar si hubo irregularidades en la concesión de la mina.

Vista oral hasta julio 2i6h1q

Es un juicio que se considera clave porque se espera que zanje la gran cuestión: ¿hubo irregularidades en la concurso que le otorgó la explotación al consorcio Minorbis-Grupo México?

Es lo que sostiene el otro contendiente y perdedor del proceso, Emerita Resources, que asegura que el consorcio, que creó Los Frailes para explotar el yacimiento, venció gracias a la presunta promesa de favores por parte de uno de los del consorcio ganador.

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Concretamente, por Minorbis, del Grupo Magtel, que comandan los hermanos Isidro y Mario López Magdaleno. Por este asunto hay 16 personas sentadas en el banquillo de los acusados, por presuntamente haber cometido delitos como tráfico de influencias, prevaricación, malversación, fraude, negociación ilegal y prevaricación ambiental.

En ese grupo estarían funcionarios de la Junta de Andalucía; los hermanos Magdaleno, y el expresidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) Vicente Cecilio Fernández Guerrero.

Las sesiones de este proceso, que desde que comenzaron en marzo han dejado cruce de acusaciones sobre una eventual insolvencia de Emerita y hasta relatos de supuestas coacciones por parte de Mario López Magdaleno al presidente de Emerita España, Joaquín Merino, concluyen en julio.

O sea, al mismo tiempo que empiezan los trabajos en Aznalcóllar. Dada la envergadura del proceso, la expectativa que barajan diferentes fuentes jurídicas es que la sentencia llegue ya después del verano.

Por esta circunstancia, el inicio del proyecto afronta un escenario cuanto menos llamativo o que expone su seguridad por el desenlace del proceso que se desarrolla en la Audiencia.

Porque, avisa Emerita ante la bolsa de Toronto, si el juicio se resuelve a su favor, el permiso de explotación recaería en ellos al ser el único contendiente alternativo.

2,7 millones de minerales al año 4k292a

Por ahora esa es una posibilidad de la que nadie quiere oír hablar en Aznalcóllar. Ahora lo que se repiten son cifras. Las de inversión, las de impacto económico y la de minerales que se extraerán una vez Los Frailes llegue hasta los 450 metros de profundidad, una distancia que equivale a cinco veces el Edificio Telefónica.

Cuando esté plenamente operativa, Aznalcóllar procesará a través de su planta de tratamiento 2,7 millones de toneladas de minerales cada año. Objetivo: obtener anualmente 170.000 toneladas de concentrado de zinc, 55.000 toneladas de plomo y 13.000 toneladas de cobre, un material esencial para la transición energética.

Lo harán de una forma que nada tiene que ver con el proceder de la malograda Boliden, la empresa detrás del desastre de 1998. Porque la nueva mina no se operará a cielo abierto como la anterior; se desarrollará a través de galerías subterráneas.

Eso implica, remarcan desde Los Frailes, que no habrá balsas de lodos y los residuos se reutilizarán para rellenar las galerías. Además, se prevé el uso intensivo de energías renovables para minimizar las emisiones.