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Raúl Cardaba, frutero: "Haz esto y no se te va a volver a poner una frambuesa mala en la vida"
Un joven frutero ha compartido un sencillo truco para que las frambuesas aguanten más días en la nevera.
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Aunque existen algunas variedades de otoño, las frambuesas son frutas de verano. Es en la temporada estival cuando más ricas están y cuando las vemos en todas las fruterías. Son frutas muy delicadas por varios motivos.
Por un lado, su superficie irregular las hace susceptibles a daños físicos como desgarros o aplastamientos. Por otro lado, su piel fina sin ninguna capa que la proteja, las hace vulnerables a la deshidratación, los hongos y las bacterias.
Además, al tratarse de una fruta que no madura una vez recolectada, su vida útil tras la cosecha es muy breve si no se manipula aplicando algunos cuidados para preservar su calidad y frescura.
La mejor forma de guardar las frambuesas
Si queremos que las delicadas frambuesas no se pongan malas de un día para otro, se pueden llevar a cabo los sencillos pasos que ha compartido el frutero Raúl Cardaba, conocido en redes sociales como @fruterotiktokero.
Con este "truco" tan fácil, que no nos llevará ni dos minutos aplicarlo, las frambuesas, según dice el frutero, aguantarán en perfecto estado hasta cuatro días.
Para que el método sea efectivo, lo primero que haremos es revisar las frambuesas tan pronto lleguemos con ellas a casa y descartar cualquier pieza que esté blanda, con moho o aplastada para que no acelere el deterioro de las demás.
A continuación, tal como sugiere el frutero, las enjuagaremos con agua fría y las secaremos para eliminar el exceso de humedad. Esto debe hacerse con delicadeza para evitar romperlas o aplastarlas.
Para guardarlas, las dispondremos en un recipiente amplio con tapa, forrado con papel absorbente, evitando amontonarlas para que no se aplasten entre sí. El papel absorberá la humedad sobrante y, si es posible, lo cambiaremos a diario.
Lo ideal es dejar el recipiente en la parte menos fría de la nevera, por ejemplo, en los cajones destinados a frutas y verduras. Evitaremos siempre que el recipiente se quede al fondo de la nevera, pues una temperatura demasiado baja podría dañarlas.
¿Por qué congelar frambuesas?
Si las frambuesas que hemos comprado no nos las vamos a comer en pocos días, la opción más segura es congelarlas. Para ello, debemos colocarlas primero en una bandeja formando una sola capa y "sueltas".
Una vez congeladas, podemos guardarlas en una bolsa o en un recipiente hermético. Al no estar pegadas unas con otras se conservarán mejor y darán más juego para utilizarlas después.
Aunque la textura de una frambuesa que ha sido congelada no es igual que la de una frambuesa fresca, las primeras siguen teniendo muchos usos. Sin descongelar, se pueden usar en batidos y smoothies, donde aportarán todo su sabor.
También sin descongelar se pueden usar en desayunos, como topping para boles de yogur, granola o gachas de avena. En boles fríos serán como pequeños trocitos de helado y en los calientes quedarán como una pequeña golosina.
En la cocina dulce, son perfectas para preparar compotas, salsas o mermeladas y también pueden utilizarse, sin descongelar, en recetas de bizcochos, muffins o crumbles, en las que, además de dar sabor, aportarán humedad, haciendo que todo quede más jugoso.
Las frambuesas congeladas son también un imprescindible para hacer uno de los postres más sencillos del verano. Basta bañar las frambuesas congeladas en chocolate fundido y devolverlas unos minutos al congelador para tener un "bombón" riquísimo.