Conseguir adeptos, embajadores o fanáticos tiene una relación directa con el éxito. Pasa en política (quizá antes más), con la religión (alguien tiene que quitar peso de encima), en el arte e incluso en personas concretas que no hacen nada aparentemente excepcional. No tiene que ver con lo que estás comprando o lo que estás haciendo, tiene que ver con lo que te hace sentir. Hay conciertos que significan un antes y un después en tu vida porque te hizo experimentar algo diferente, consiguió que tu mente hiciera clic. Como también hay personas con las que, con solo tenerlas al lado sin hablar, te aportan tranquilidad, seguridad, calma y te mejoran el día sin proponérselo.

¿Por qué guardas el vino que consideras bueno para ocasiones especiales? Se suele custodiar el caro, sobre todo, si no entiendes de vino. ¿Qué es una ocasión especial? Estamos tan obsesionados con lo extraordinario que nos olvidamos de hacer de lo cotidiano algo mágico. ¿Surge o se crea? Hay que descorchar más botellas buenas, no vaya a ser que al final no te las bebas y te quedes sin vino y sin momento.

Lo que vives y te remueve por dentro es lo que luego relacionas con valores concretos. Por eso el marketing experiencial funciona tan bien, lo complicado es hacerlo creativo y diferenciador. Que el arte y el vino tienen mucho que ver no es nada nuevo. Lo armónico de mezclar arquitectura, escultura, pintura y música clásica integrándolo en un paisaje entre viñedos, sí es algo que solo puedes vivir en el XVIII Encuentro arTe y ViNo.

Va en formato reducido. Es decir, que serán pocas las personas que puedan adquirir entradas para este ciclo que se celebra el último fin de semana de junio en enclaves como el Museo Nacional de Escultura, Domaine Belondrade y la bodega Abadía de Retuerta. Un programa musical mezclando partituras del medievo con actuales. Además, la exposición “Diálogo Movimiento /Surface” se podrá visitar en la sala de barricas del Domaine Belondrade con obras de arte contemporáneo europeo hasta el 14 de julio.

Son muchos los ingredientes culturales y de carácter social que entran en juego ese fin de semana en Valladolid. Tanto los enclaves como los vinos, la música y el arte maridan en perfecta sintonía para generar ese instante de disfrute y calma que muchas veces buscamos fuera sin darnos cuenta de que lo tenemos en casa.